43 años después de la muerte del cantante estadounidense, conseguimos una entrevista exclusiva que él mismo grabó en el disco ‘Mi Verdad’.
Por Fabián W. Waintal ©
Conmemorando un nuevo aniversario de la muerte del Rey del Rock ‘N Roll, el 16 de agosto, conseguimos una exclusiva entrevista que el mismo Elvis Presley grabó exactamente 70 años atrás en un disco con el título “Mi Verdad”, que nunca antes había estado disponible en español. Y con la mejor (y única) autobiografía, podemos recordarlo con sus propias palabras, incluyendo el personal saludo de introducción: “Hola, soy Elvis Presley. Finalmente llegó la oportunidad de hablar y contarles todo lo que pasa por mi mente. Hace mucho tiempo que quería contar todo sobre mí, realmente mucho tiempo. Y ahora que tengo la oportunidad de hablar, espero poder desahogarme, para contar con mis propias palabras, en mi propia forma, por qué hago lo que hago y por qué siento lo que siento.”
“En los últimos tiempos empezaron las críticas de mucha gente por ‘perderme’ en mis presentaciones, por cantar en la forma que me muevo arriba del escenario. No lo entiendo realmente. Solo puedo decir que vengo haciendo lo mismo que hacía cuando empecé a cantar.”
Lo peor, es lo mejor
Sí, es cierto que guardo un álbum con recortes de todo lo que se publicó sobre mí. ¿Pero sabes qué? No guardo los artículos o las historias que dicen cosas buenas. Mi álbum de recortes solo tiene cosas que no son para nada amigables y te cuento la gran razón: cuando yo recién empezaba, mi mamá quería guardar todos los programas y las fotos y cosas que se publicaban en los diarios y revistas. A mi no me interesaba hacerlo, porque yo estaba ocupado cantando, trabajando y aprendiendo. No tenía tiempo para sentarme a cortar fotos y cosas así. Pero mi madre se compró un enorme álbum verde de recortes y me pidió que le enviara artículos, cuando tuviera tiempo.
El primer año no mandé nada y el álbum seguía vacío, excepto por un par de recortes que ella misma había conseguido en los diarios de Memphis. Pero después, un día, vi un artículo sobre mí que decía que yo no era muy bueno como cantante. Lo recorté y se lo mandé a mamá. Ella me escribió diciendo que yo no iba a querer llenar el álbum con cosas así. Pero le volví a escribir diciéndole: “Mamá, cualquiera puede llenar un álbum con cosas buenas. ¿Pero se consigue algo bueno? Yo quiero saber lo que a la gente no le gusta, estudiarlos y tratar de mejorar lo que pueda”. Así es como empezó el ‘Álbum Verde De Recortes’. Tiene muchas hojas llenas y muchas de ellas todavía están vacías. Pero cada vez que vuelvo a Memphis, saco el álbum y lo estudio. Lo sé todo de memoria. Siempre voy a hacer todo para mejorar, cuando pueda.
“Nunca tuve ninguna clase de canto, en mi vida. Ni siquiera tomé clases de música, de ningún tipo.”
Las críticas
Cuando yo recién había empezado con las presentaciones en vivo, todos eran felices. Hasta los niños iban y la pasaban bien, liberando bastante energía, sin que nadie saliera herido. Y así fue por un par de años. Yo seguí cantando las canciones que a todos les gustaban y seguí haciendo lo que siempre había hecho arriba del escenario. Pero en los últimos tiempos empezaron las críticas de mucha gente por ‘perderme’ en mis presentaciones, por cantar en la forma que me muevo arriba del escenario. No lo entiendo realmente. Solo puedo decir que vengo haciendo lo mismo que hacía cuando empecé a cantar. Supongo que será porque mis discos se volvieron más grandes. Supongo que con más popularidad, también llegan más críticas.
Si todavía estuviera en Memphis, a nadie le importaría lo que hago cuando canto. Solo puedo decir que no sigo ningún esquema en todo lo que hago cuando canto y la forma que actúo, porque es algo que me nace naturalmente. No lo haría si pensara que no fuera lo correcto o si lastimo a alguien. Si pensara así, haría mis valijas, me volvería a casa y nunca más cantaría una sola nota.
El audio de la autobiografía con la voz de Elvis Presley hablando en primera persona, el verdadero disco de ‘oro’, lo encontramos por casualidad, en un perdido remate de Hollywood, escondido detrás de una foto autografiada suya. La verdad, lo más difícil fue la búsqueda de un viejo tocadiscos para poder escucharlo, porque después de haber conseguido uno moderno, que incluso se conectaba a la computadora por USB, descubrimos que aquel disco lo había grabado en la más antigua velocidad de ‘45 y el tocadiscos solo reproducía discos de ’33. Cuando finalmente lo logramos reproducir, la sorpresa fue increíble. Realmente asombroso. Era como tener a Elvis Presley sentado frente a nosotros, con los 85 años que hoy hubiera tenido.
“Cuando subí al escenario en mi primera presentación personal, naturalmente llevé la guitarra conmigo, para que me hiciera compañía. La usé de utilería… Pero, en realidad, siempre hay alguien en la banda que es el que realmente toca, atrás. Si me ves de cerca en una presentación, vas a ver que él sigue mis movimientos y toca las cuerdas en el momento correcto.”
La humildad de los nervios
Una de las cosas que dicen de mí es que nunca estoy nervioso. Dicen que no me preocupo por nada, que duermo ocho o diez horas por noche. Me encantaría que tuvieran razón. Pero no. Toda mi vida fui una persona bastante nerviosa. Y ahora que salgo con presentaciones personales todo el tiempo ni siquiera me puedo relajar. Después de un show, vuelvo a la habitación del hotel para tratar de dormir; pero es difícil dormir en la habitación de un extraño, en una cama extraña, lejos de casa, particularmente cuando estás nervioso. Cuando me acuesto, cierro los ojos y después de dos horas sigo dando vueltas, sin dormir. Dicen que uno aprende a calmarse y distenderse cuando envejece. Espero que tengan razón.
La naturalidad no se aprende
No. Nunca tuve ninguna clase de canto, en mi vida. Ni siquiera tomé clases de música, de ningún tipo. Simplemente empecé a cantar de niño, como decía antes, de la misma forma que lo vengo haciendo desde que tenía 11 años, cuando canté frente a un público por primera vez. Fue en la ciudad donde nací, en Tupelo, Mississippi. Temblaba como una hoja, pero puse mi corazón en la música y nada en este mundo podría haberme detenido de presentarme en aquel concurso de talento, en una feria. Lo hice todo yo solo y ni siquiera tenía idea de lo que iba a hacer. Había salido a enfrentar a toda esa gente y lo único que pasaba por mi cabeza era la idea de ir a cantar. No tenía ni siquiera música ni nada, ni pude conseguir a nadie que tocara para mí, ni pude tocar un instrumento, porque no sabía cómo. Simplemente salí y empecé a cantar una canción llamada ‘Old Shep’, sobre la historia de un perro. Les debo haber dado lástima porque me dieron el quinto premio y todos me aplaudieron. Te digo, realmente tenía miedo y temblaba por dentro. Pero me sentí bien, también. Había sido mi primera vez arriba de un escenario.
La mejor amiga, la guitarra
Hay otro rumor que me asombra. Leí en una revista, que yo no puedo tocar una sola nota en la guitarra. Y en otra revista, la misma semana, publicaron que soy el mejor guitarrista del mundo. Bueno, las dos historias están equivocadas. Yo nunca tomé clases de música, como dije antes. Pero siempre disfruté la música de todos los estilos, igual que los instrumentos musicales. Mi padre me había comprado una guitarra cuando yo era bastante jovencito y aprendí a tocar un par de acordes, pero nunca traté nada especial. Puedo tocar bien y seguir una nota si realmente me presionan a hacerlo, aunque nunca gané ningún premio, ni lo voy a ganar. Pero cuando subí al escenario en mi primera presentación personal, naturalmente llevé la guitarra conmigo, para que me hiciera compañía. La usé de utilería o como quiera que lo llames. Y en esa primera presentación, para mí, la guitarra terminó siendo la mejor amiga que pude haber tenido, porque no me sentí solo haciendo el ridículo. Y seguí llevándola conmigo.
Ahora tengo una nueva, un regalo que me hice, con mi nombre grabado. Pero, en realidad, siempre hay alguien en la banda que es el que realmente toca, atrás. Si me ves de cerca en una presentación, vas a ver que él sigue mis movimientos y toca las cuerdas en el momento correcto. Ahora, a lo largo del tiempo, yo fui tocando naturalmente otros instrumentos. Me gusta la batería y me encantaría tomar clases algún día. Por ahora, lo hago por diversión y a veces parece que sé lo que hago. También me gusta el piano, aunque no creo que lo toque exactamente como se debería tocar. Simplemente toco las notas que a mí me gustan. Es divertido y a veces juego así, cuando canto. Tal vez algún día aprenda.
“Nunca salí con ninguna mujer por más de tres semanas o tres meses seguidos, ni hablar de tres años. Y ahora, con tantos viajes y tanto trabajo, no tengo mucho tiempo para noviazgos. Me encantaría, por supuesto, pero no tengo tiempo.”
Lo que dicen que dijo
No son solo los rumores, me molestan las cosas que dicen que digo. No sé por qué la gente asegura que yo digo cosas que nunca dije, pero es lo que pasa a veces. No lo entiendo. ¿Y sabes qué? Siento mucho que toda esta gente que trata de poner palabras en mi boca y leen algo en mis acciones arriba de un escenario no traten al menos de entender a los chicos de mi edad. Me da lástima que no entiendan que tenemos mucha energía y que la única razón por la cual nos mantenemos unidos es porque nos entendemos entre nosotros y porque entre tanta energía, bailando, compartimos nuestros sentimientos, juntos. ¿Está mal? No puedo creer que lo sea. Ahora, te digo, supongo que no importa todo lo que pueda tratar de hacer para ser justo, siempre habrá alguien que invente historias, no importa lo que yo haga.
Así como hoy podemos escucharlo tan vivo como en sus canciones, hay quienes creen que Elvis Presley todavía vive, a pesar de haber fallecido de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1977. De verdad, hay quienes aseguran haberlo visto y desde el año 1989 incluso existe The Elvis Sightseeing Society, que documenta esa clase de incidentes, como si fuera gente que vio un OVNI. Y entre las grandes razones que justifican que Elvis haya fabricado su muerte, una tiene que ver con una supuesta relación con la mafia, algunos creen que el FBI tal vez pudo haberlo escondido en un plan de protección de testigos.
Un tal Brewer Giorgio incluso escribió un libro, asegurándolo con diferentes testimonios, sobre cómo “Elvis fingió su muerte porque lo iban a asesinar y no hay dudas al respecto” (Entre los documentos desclasificados del FBI, hay realmente una carpeta con el nombre de Elvis Presley por diferentes intentos de extorsión, aunque nunca se lo investigó a él personalmente). Otra de las teorías señalan especialmente el error de ortografía que figura en la tumba: el segundo nombre de Elvis escrito como Aaron en vez de Aron, apostando a que lo hicieron a propósito. La prestigiosa encuestadora Gallup incluso certifica que en Estados Unidos el 4% de la gente cree que Elvis todavía vive. Y al menos nosotros, después de haberlo escuchado hoy con sus propias palabras, podemos decir que gracias al mundo de la música sigue tan vivo como siempre (cuando se consigue el tocadiscos adecuado, claro)
La familia
Sí, llamo a casa, a mis padres en Memphis, muy seguido. Casi todos los días. Quiero saber como están ellos, como está todo. Y no tengo tiempo de escribir mucho, prefiero llamarlos. Suena bien escuchar sus voces. Y a veces me hace extrañar bastante.
La chica especial que nunca fue especial
Sé lo que leyeron sobre la ‘chica especial’ que tengo en mi casa, en Memphis. Leyeron que estuvimos juntos en la escuela secundaria y que venimos saliendo desde hace tres años. Lo sé. Yo también lo leí. Pero es la única forma que la conozco, porque para decir la plena verdad: yo no tengo ninguna chica especial. Ni ahora ni nunca. Nunca salí con ninguna mujer por más de tres semanas o tres meses seguidos, ni hablar de tres años. Y ahora, con tantos viajes y tanto trabajo, no tengo mucho tiempo para noviazgos. Me encantaría, por supuesto, pero no tengo tiempo. Cuando vuelvo a Memphis, tan a menudo, es fácil conseguir alguna cita porque todavía conozco muchas mujeres con las que iba a la escuela. Pero nunca tuve largas relaciones con ninguna de ellas. No hay ninguna ‘chica especial’. A lo mejor no siempre sea así. Eso espero.
“Solía soñar con el éxito, preguntándome como cambiaría mi vida si llegara a pasar algo así. Bueno, puedo decirte como me siento hoy. No me siento para nada diferente de lo que era antes de que todo esto me pasara. Soy igual que fui siempre.”
La más grande ambición
Sé que tuve suerte, pero creo que la mejor suerte es darme cuenta sobre mi más grande ambición. Toda mi vida quise ser actor, aunque ni siquiera pasé por las típicas obras de teatro de la escuela, aunque en mi mente siempre tuve la idea de que algún día quería ser actor. Y cuando en Hollywood me invitaron a tomar una prueba de cámaras en Paramount Pictures, enseguida acepté la oportunidad.
El Señor Hal Wallis incluso me aconsejó que no tratara de actuar como nadie, me pidió que actuara como yo. Me pregunto si la gente sabrá lo que se siente cuando estás parado en un estudio de cine y escuchas una campana al grito de “Silencio” y de repente te das cuenta que todos te miran y se supone que tienes que actuar un personaje. Es suficiente como para que tus piernas se resbalen de tu cuerpo. Cuando me emociono, yo tartamudeo un poco. Me cuesta decir cualquier palabra que empieza con la w o la letra i. Y cuando terminó la prueba, yo pensé que había estado pésimo. Pero el Señor Willis me dijo que las palabras que no había dicho habían sido una buena actuación, lo hacía mucho más natural. Me sonreí un poco y le agradecí, pero te aseguro que nunca le dije que me había saltado esas palabras a propósito. Si era algo natural lo que hice y a ellos les gustó, también me gustó a mí. Para cuando terminé la prueba de cámaras, me di cuenta que había dado el primer paso de la ambición más grande de mi vida.
El cambio de la fama
Supongo que todos se preguntarán que les pasaría si tienen la suerte de ser realmente famosos. Me acuerdo que yo mismo solía pensar en eso, cuando iba en mi camioneta por Memphis. Solía soñar con el éxito, preguntándome como cambiaría mi vida si llegara a pasar algo así. Bueno, puedo decirte como me siento hoy. No me siento para nada diferente de lo que era antes de que todo esto me pasara. Soy igual que fui siempre. Por supuesto, supongo que todos dicen lo mismo. Y aunque lo digan, mucha gente cambia sin saberlo. Pero yo estoy seguro que no cambié. Nunca sentí ningún cambio. Siento que soy el mismo que era hace cinco o diez años atrás. La única diferencia que siento es la felicidad y todo lo que mejoró para mí… Dios me ha bendecido y me ha dado mucho de las cosas más maravillosas en la vida. Espero no cambiar. Eso espero. Nunca voy a ser como mucha gente que conozco, los que se olvidan que nunca pudieron haber sido exitosos o felices sin la ayuda de Dios.