La piloto Amerlia Earhart desapareció mientras intentaba convertirse en la primera mujer en darle la vuelta al mundo en un avión; Robert Ballard intentará encontrar los restos de su aeronave como lo hizo con el Titanic.
El científico experto en el océano Robert Ballard es conocido por encontrar los restos del Titanic 1985, uno de los barcos más famosos de la historia y que se encontraba desaparecido en el océano Atlántico. Al revisar los restos, se pudo conocer qué había pasado realmente con el buque y cómo fueron sus últimos momentos en el mar. Ahora, el investigador desea resolver un misterio aún más grande: desea encontrar el avión de Amelia Earhart.
De acuerdo con National Geographic, Ballard se embarcará en una expedición el 7 de agosto. El oceanógrafo saldrá en su barco de última generación, el E/V Nautilus, para explorar los mares en los que, de acuerdo con los últimos datos, el avión de Amelia se desplomó. Todo el proceso será grabado y se emitirá un documental en televisión el 20 de octubre.
Amelia Earhart
La historia de Amelia Earhart es una de las más inspiradoras y trágicas en la aviación. Ella se convirtió en la primera mujer que cruzó el atlántico en avión en solitario en 1932. Cinco años después, protagonizaría un gran misterio que durante décadas han sido objeto de libros, películas y todo tipo de teorías.
El 20 de mayo de 1937 Amelia Earhart, de 39 años, junto con su compañero Fred Noonan, 44, salieron de Oakland, California, con la esperanza de convertirse en la primera mujer en dar la vuelta al mundo en una aeronave. Sin embargo, el 2 de julio ambos desaparecieron tras despegar de Lae, en Papúa Nueva Guinea, durante un vuelo de 4 mil kilómetros para repostar en la isla Howland. Ésta es un territorio estadounidense entre Australia y Hawaii.
Existen diversas teorías sobre lo que podría haberles pasado. La versión más extendida es que se quedaron sin combustible y se estrellaron en el océano Pacífico, muy cerca de la isla Howland. Otra asegura que ambos se estrellaron en la isla Gardner -ahora conocida como Nikumaroro-, que se encuentra deshabitada. Ahí sobrevivirían un tiempo como naúfragos, pero al final fallecieron.
La cruzada en su búsqueda
Ballard declaró a National Geographic que utilizará su equipo para cartografiar el fondo oceánico y que enviará vehículos de control remoto hasta una profundidad de 3 mil 962 metros con la esperanza de encontrar los restos del avión.
El oceanógrafo recorrerá el camino entre Samoa y Nikumaroro para ubicar aunque sea un pequeño resto de la aeronave. Sin embargo, las posibilidades no son muchas. El propio Ballard describe la zona que estudiará como “un encuentro de altas energías del océano con un arrecife vivo”, un lugar donde un avión habría quedado pulverizado enseguida. “Quizá haya cosas que no deberían encontrarse”, afirmó, “veremos si Amelia es una de ellas”.
Con información de: El Universal y National Geographic.
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