“YO NO ME ENOJO… YO…”

“Yo no me enojo… Yo…”

“Hay tres cosas que destruyen a una persona: el vicio, el orgullo y el enojo.”

Todos tenemos un botón que se activa en cierto momento y saca la parte obscura que todos tenemos. Sea cual sea el temperamento que tengamos o si tenemos mayor o menor control sobre nuestro carácter, todos llegamos a un momento en el que nos “enojamos”, y perdemos el control de nosotros mismos.

Mark Twain decía que el enojo es un ácido que puede hacer más daño al recipiente en el que se almacena que a cualquier cosa en la que se vierte. Pero, ¿Porqué nos enojamos? ¿Qué es lo que escondemos detrás de el? Impotencia, por no conseguir lo que deseamos.

Miedo, por temor a perder lo que tenemos o queremos.

Inseguridad, por no creer en nosotros mismos o desconfiar del otro.

Falta de comunicación, y no saber cómo expresar nuestras emociones y frustraciones.

Falta de paciencia, al no poder fluir y estar impaciente de que las cosas sucedan.

Dolor, por emociones guardadas y heridas que no hemos sanado.

Decepción, por tener expectativas de otros o de las circunstancias.

Tristeza, por no sentirte querido, aceptado, valorado, cuidado…

Así que habitan un sin fin de causas para que uno “se enoje”, pero cómo bien decía Marco Aurelio, son más graves las consecuencias del enojo que las causas del mismo.

Reconocer cómo expresamos el enojo, nos permite mirarnos, reconocernos, aceptar lo que tenemos que “desaprender” o dejar de hacer para lastimar. Y digo desaprender porque muy posiblemente aprendimos a “enojarnos así” porque es lo que vimos de pequeños en nuestro sistema familiar y es lo que me parece natural.

Aprendamos a “desaprender” lo que no nos nutre y permite relacionarnos sanamente. Aprendamos a cortar con las formas que sólo lastiman o nos separan de quiénes queremos.

Y tú, ¿Cómo sueles expresar tu enojo? Puede ser de manera explosiva, implosiva o asertiva.

Explosiva. – Nos desquitamos generando resentimiento, dañando física, psicológica y emocionalmente, generando una destrucción irreparable. Aquí entran tanto cómo las palabras y gestos también.

Implosiva. – Nos lo guardamos. No dañamos con palabras y evitamos conflictos. Pero es una bomba de tiempo, pues la frustración se va acumulando, se generan enfermedades, y al final uno acaba explotando más violento. Aquí entra la famosa ley del hielo, en la que el silencio también se convierte en una forma de control.

Asertiva. – Manifestamos las propias convicciones sin agredir ni someternos a otras voluntades.

¿Cómo hemos de manejar asertivamente el enojo?

Reconócelo, valida la emoción y permítete decir “reconozco que estoy molesto”. Clarifica el problema y verbaliza lo que te llevó a enojarte. Habla de lo que te parece incorrecto y desde tu propia persona sin culpar al otro… “Me molesta, me siento, percibo…”.

Conoce cuándo se suben tus botones y lo que sucede en tu interior. Respira, despeja tu mente, cuenta hasta 10, mueve tu cuerpo. Recuerda que nadie ha pensado jamás claramente cuando está enojado. No actúes por inercia, reconoce que no estás bajo tu control y que lo único que harás será lastimar.

Saber manejar el enojo no quiere decir que jamás nos enojaremos, sino al contrario, aprendemos a manejarlo de manera asertiva. Cuando no aprendemos a manejar el enojo, éste nos va corroyendo de tristeza y de rencor. Qué razón tenía RW Emerson al decir que por cada minuto de enojo, perdemos sesenta segundos de felicidad. Hemos de enojarnos de forma natural, pero aprendamos a canalizarlo, hablarlo, drenarlo, soltarlo, de forma sana y sin agredir a nadie, ahí radica esa asertividad y tus relaciones y conflictos fluirán de forma más sana y natural.

LA AUTORA

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.