VIVIR EN MODO AUTOMÁTICO

CABELLO

Suena la alarma, reviso la hora, me levanto, me pongo mis lentes y comienza mi día. Despierto a mi hija, hago el desayuno y empiezan las labores diarias. Es imposible no tener una rutina cuando hay obligaciones.

¿Por qué le tenemos miedo a la rutina? Quizás la sociedad le ha puesto un peso que no merece, un significado equivocado y tedioso. Nos da angustia que nuestra vida se vuelva o se vea aburrida.

En Internet hay una gran cantidad de videos que nos enseñan que la vida es más que cumplir con un horario de trabajo, que realizar los “quehaceres” del hogar; al final me cuestiono, sigo dándole vueltas al asunto y no hay respuestas que me convenzan, pero llego a mi conclusión, todo tiene un truco y lo acabo de encontrar:

“No vivir en modo automático”

Sea lo que sea a lo que nos dediquemos, la profesión que tengamos o el rol de vida que en este momento tengamos, todos podemos elegir cómo pasar las horas.

No puedo eliminar de mis días la forma en la que me gano la vida, tampoco la cotidianidad de las semanas, pero si puedo elegir cómo la voy a vivir, qué elementos le puedo agregar para sentirme viva. Cuesta trabajo hacerlo, porque es más sencillo y obtenemos resultados más rápido si siempre hacemos lo mismo; sin embargo, al final, las consecuencias pueden derivar en un estrés y cansancio extremo.

Yo era de las personas que solía quejarse los lunes, porque precisamente quería huir del “otra vez todo será igual”; oficina, tareas, pendientes, etc.

Poco a poco me di a la tarea de entender la fórmula que necesitaba para disfrutar de mi vida; para mí, el chiste está en romantizar cada acto, en concentrarnos en el presente y hacer las cosas pensando y con intención. Los detalles importan mucho.

Definitivo, no me gusta hacer ejercicio, pero si lo hago al aire libre escuchando un podcast y sintiendo el aire en mi rostro, al final no está tan mal y cuido mi salud.

Si me da fatiga preparar el desayuno, puedo sacar recetas de Instagram que se me antojan y emocionarme si me quedan ricas.

Si tengo que sacar a pasear al perro, puedo aprovechar el tiempo para desconectarme un rato del trabajo.

Si tengo que leer un libro, puedo encender una vela y poner aromaterapia en un difusor.

Asimismo, no dejar que los días pasen desapercibidos, revisar la agenda y quedar con una amiga para ir a tomar un café, planear actividades fuera de la ciudad un fin de semana, tener distintos grupos de amigos que nos lleven a experimentar nuevas experiencias, hacerle cosquillas a nuestros hijos para que nos contagien su risa.

Añadirle pasión a las actividades, cantar en los trayectos, ocupar nuestra mente en las esperas, atesorar los saludos y los abrazos de los nuestros al llegar a casa.

Si queremos cambiar nuestra vida, quitemos el modo automático. Empecemos a disfrutar del camino, de los baches, de los paisajes. Voltear a ver a los pasajeros, conectar con ellos y con nosotros mismos.

Es saludable tener una rutina y realizar actividades de forma regular, ya que nos ayuda a ser más ordenados. Hoy te invito a agregarle algo de emoción y chispa a lo que haces siempre y estoy segura que ¡sí sabes cómo!

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.