México es mágico, para creerlo hay que vivirlo, para vivirlo hay que sentirlo en el corazón.
Hay que recorrer todos sus rinconcitos, sus callecitas coloridas, llenas de bullicio, comercio y niños jugando. Hay que gozar la experiencia, adentrarnos en sus ciudades para conocer su historia. Hay que platicar, entender y enamorarnos de su gente buena.
La palabra “México” engloba un sinfín de definiciones, características, sentimientos y opiniones, pues es de muchas formas, muy extenso y con gran diversidad en todos los aspectos. En México nada es igual, cada estado tiene su encanto y belleza.
Yo amo mi país por lo que es, por su esencia, por sus tradiciones, costumbres y la manera en que vivimos la vida. Porque en cada lugar hay grandes historias de personas trabajadoras, entregadas, solidarias y apasionadas.
México está lleno de tesoros que se presentan de muchas formas. Como las calles pintorescas de San Miguel de Allende, la hermosa joyería de plata de Taxco, el sitio arqueológico de Monte Albán, el Cañón del Sumidero en Chiapas, las ruinas y pirámides de Chichen Itzá, las playas color azul turquesa del Mar Caribe, las imponentes montañas del norte, el gran Castillo de Chapultepec e innumerables sitios que engalanan nuestro país.
No podemos dejar a un lado su deliciosa y variada gastronomía que cura cualquier mal, como el pozole verde, rojo y blanco, los sopecitos de chicharrón y frijoles, el chile relleno, los tamales de puerco, pollo y queso, el mole acompañado con su arrocito rojo, la cochinita pibil, las tlayudas, los esquites, las quesadillas rellenas y no sigo más, porque la lista es amplia y nunca acabaría.
Los mexicanos somos expertos en ponerle sabor, alegría y picardía a cada acontecimiento y en fechas importantes no puede faltar la música ranchera, el mariachi, los huapangos, la quebradita y los famosos corridos, acompañados de un tequilita y los ya mencionados antojitos mexicanos.
La familia y los amigos forman parte importante de todos nosotros, pues la unión, la solidaridad y el amor nos acompañan en todo momento, y lo demostramos en las mejores y peores circunstancias.
Los dichos y refranes son también parte de nuestro vocabulario y un sello característico de México, pues gente de otros países se sorprende con la creatividad e ingenio para decir o expresar una situación.
La vida se goza, la muerte se honra y con pan las penas son menos. Nuestras tradiciones lo confirman también, pues el 2 de noviembre celebramos con un delicioso pan de muerto y un maravilloso altar a todos nuestros seres queridos que ya partieron de este mundo.
Hoy más que nunca debemos de luchar por conservar la magia de México y ser cada día mejores ciudadanos, para seguir gritando con orgullo: ¡Viva México!
