VÍCTIMAS DEL BRUNCH DE… “DON ARTEMIO” 1/2

BRUNCH

Admiro notablemente a quien ve en una situación adversa, no un problema, sino una oportunidad. Quien ve en un bordo en el camino, no un tropiezo, sino un escalón. Quien haga lo anterior merece mi admiración y respeto.

En lo personal, usted lo sabe, a mí eso no se me da. Prefiero la oscuridad a la luz. Lo gris a la resplandeciente. Lo frío a lo caliente. No es así siempre, pero la mayor parte del tiempo ésta es mi tirada de naipes. Es elección, no imposición. Por eso ahora voy a escribir la siguiente historia, un díptico el cual someto a su consideración y lectura dominical, señor lector. 

Invitado por Sofía Cárdenas (no Helena de Troya, sino Sofía de Saltillo, bella como Helena la dorada, quien provocó una guerra por su belleza; batalla que aún hoy resuena en nuestros oídos, ojos y memoria) y por el joven Rodrigo Cárdenas (le he motejado como “Rockdrigo”, debido al placer de éste por las dos pasiones de su vida: la cocina y el tañer la guitarra), fui al mítico restaurante “Don Artemio” en días pasados. Específicamente un sábado. Día del cual ya no tengo el número, pero sí, y aún, el sabor en la boca y el olor en las manos. Me citaron a las diez de la mañana. Era plan con maña. Me invitaron a su “Brunch Premium de Fin de Semana.” No sabía de dicho proyecto culinario, por lo cual fue un descubrimiento. Del descubrimiento pasé al asombro. Luego a la explosión de los sentidos, todos. 

¿Lo notó? Fui a “Don Artemio”, al brunch de fin de semana con Sofía Cárdenas (artífice del proyecto en su conjunto) y con Rodrigo Cárdenas (Chef en jefe para este proyecto), los cuales le dieron golpe de estado a su papá, el Chef de sabor huracanado, el multipremiado Juan Ramón Cárdenas. Pues sí, los jóvenes de empuje, brillo e ideas propias vieron en tiempos de pandemia y desolación, no un problema, sino una oportunidad magnífica para realizar una cosa: disfrutar el oro de la vida. El oro de tener vida. 

Aquéllo, sábado y domingo de 9 a 12 pm, es una alabanza a la vida y a los sentidos. El “Brunch Premium “, insisto y repito, fue creado por Rodrigo y Sofía Cárdenas bajo un mazo de naipes de premisas fundamentales: compartir en un ambiente 100% sano, saludable y libre de patógenos el brunch (son un puñado de mesas al aire libre, bajo el cielo azul y bello de Saltillo), los platillos están milimétricamente diseñados en un maridaje de combinación entre la naturaleza y nuestra esencia mexicana y norteña; los jugos y bebidas (mixología) son para brindar interminablemente conforme se pasa de un tema a otro, y los dulces y panadería al final (panadería la cual ya se hornea allí directamente), son nubes que se deshacen en la boca. El “Brunch Premium” de “Don Artemio” está funcionado desde el pasado 20 de junio y ha sido un éxito. 

Próxima entrega entramos de lleno al menú, pero ahí va lo siguiente como antojo: “Chorizo de la casa en cazuela” (chorizo curado y ahumado en leña de nogal, madurado en casa, guisado con cebolla y salsa de molcajete). ¿Algo ligero y europeo? El famoso “Bowl” (huevo pochado, tomate rostizado, zanahoria asada, espinaca, humus, quinoa y aguacate frito con nuez). ¿Mexicano? “Los molletes del Chef (Rodrigo)”, no tienen madre los ingratos. Las bebidas son para volver a la vida: “Sunrise Berry”, “Green Mist”, un “Mojito”, un “Desarmador”, sin faltar la “Mimosa Prosecco” y otra batería de cocteles más. Ese día del Brunch, recién y tenía días de haber muerto el gran escritor Carlos Ruiz Zafón. En su honor brindamos… 

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.