Una hoja de colomo ½

¿Usted conoce una planta y hojas de colomo?

Gracias por leerme. Gracias por atender estas letras dominicales donde usted y yo nos detenemos en ese placer de dioses lo cual es el comer y beber. Pues sí, “como Dios manda”, decían nuestros padres y abuelos luego de estar por horas, horas en la tabla familiar. Lo que hoy se conoce como una comida dilatada, larga, sin prisa alguna, con el placer de los sentidos todos en el disfrute estético de la mesa. Lo que luego se bautizó como “slow food” para los anglosajones, tipos con poca cultura los cuales se asustan con todo y en todo ven moda. Sólo eso.

Atentos lectores como usted que hoy me regala su atención, se han comunicado para comentar varios textos aquí editados, donde hemos abordado aunque sea a vuela pluma, el consumo de plantas en la dieta diaria. Sí, plantas que curan, pero a la vez, que matan. Plantas que se usan como alucinógenos y plantas con propiedades terapéuticas. En el menor de los casos, plantas con las cuales nos alimentamos cotidianamente. Este espacio se enriquece con sus comentarios, señor lector. Y un atento lector de la ciudad de México (ahora con esa cosa llamada “Internet”, este texto lo mismo se lee en la ardiente Monclova, que en Chiapas, en Costa Rica, en París o en la ciudad de México), el escritor Armando Oviedo Romero se ha comunicado con su servidor, para acotarme un detalle y sugerirme la lectura de un libro, lo cual hice y ahora le presento el texto a su consideración.

El escritor y periodista Oviedo Romero me dijo que me entregara a leer lo más rápido posible, la autobiografía o memorias, de nuestro amigo y maestro, el poeta y traductor del italiano, don Guillermo Fernández (Guadalajara, Jalisco, 1932-Toluca, EDOMEX, 2012). El volumen se llama “Éste”, para editorial Fondo de Cultura Económica en su bien medida colección de “Vida y pensamiento de México.” Sólo para contextualizar, aunque sea rápidamente, al maestro Fernández se deben las mejores traducciones y el conocimiento que tenemos aún al día de hoy, de lo mejor de la literatura italiana, incluyendo a sus Premio Nobel. Él y nadie más se entregó a esa labor por lustros, amén de pergeñar la suya propia. Guillermo Fernández y su pasión y amor por Italia, su gastronomía, su lengua y su literatura, su cultura toda vaya, le valieron recibir la Orden al Mérito de la República Italiana en grado de Caballero, amén de casi todos los principales Premios de Literatura de México.

Y entramos en materia, al repasar sus finas letras de sus andanzas, memorias, historias y recuerdos en todo el mundo y desde su infancia, el poeta Fernández deja puntillosos episodios de gastronomía, los cuales le contaré aquí a usted en este par de apretadas columnas. Y lo que hoy le digo, es de lo siguiente que subrayó Armando Oviedo: cuenta el maestro Fernández de su vida de niño en una finca grande y solariega en Guadalajara en el barrio de Santa Teresita, al describir su entorno en el cual creció, lo cuenta así: “en el corral… más adelante estaban los guayabos, los guayacanes, los naranjos agrios y los dulces, los mezquites, los mangos, los arrayanes… los jazmines y las plantas trepadoras del verano, de las cuales destacaban los colomos…”

¿Usted conoce una planta y hojas de colomo? Lo confieso, yo no. Pues bien, el poeta Fernández en su niñez, probaba cuanta planta había en su corral y un día probó las hojas de colomo. Dice que primero fue un agradable hormigueo, lo cual al intensificar la cantidad de hojas masticadas, luego le producían “una beatitud efervescente” y cuando la dosis fue grande… cayó en coma, estaba delirante, babeando, tirado en el piso. Tuvo que ser hospitalizado y ser atendido por médicos especialistas toda una semana. Todo, por saborear o masticar una hoja de… colomo. ¿Usted la conoce, ya la probó, sabía usted de estas propiedades alucinógenas y de plano, de muerte?

El autor

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.