Una hoja de colomo 2/2

Una hoja de colomo 2/2

Como el espacio aprieta siempre, entramos de lleno al tema. Lo siguiente es el fragmento completo de la prosa del maestro, el poeta y traductor Guillermo Fernández (Guadalajara, Jalisco, 1932-Toluca, EDOMEX, 2012). Fragmento de sus memorias, publicado para editorial FCE, titulado “Éste.” Al contar de su infancia en casa solariega de Guadalajara en el barrio Santa Teresita, escribe: “La primera vez que la probé (una hoja de colomo), me produjo un leve hormigueo en la lengua, extraño pero agradable. En las ocasiones sucesivas fui aumentado tanto la dosis, que aquel hormigueo se difundía por todo mi cuerpo, hundiéndome en un estado de beatitud efervescente, mezclada con el temor. La última vez que comí la hoja de colomo, perdí el conocimiento, y me hallaron tendido en la tierra, inmóvil, con el color quebrado y babeando…”

Caramba, ¿usted sabía que esta planta, en teoría ligera e inofensiva era alucinógena y que al ser masticada o de plano, deglutida, masticada y comida en grandes cantidades puede llevar a la muerte? El maestro Fernández nos deja entonces, un espléndido testimonio de sus travesuras y andanzas de niñez, cuando todo es un deslumbramiento y se quiere probar todo, en este caso, las plantas (matas, les decimos aquí en el norte) del corral familiar. Caray, qué lección de gastronomía y vida. El maestro muere en 2012. En las últimas fotografías que circularon del traductor y poeta, lo confieso, no lo reconocí. Tenía ya el cabello, la barba de candado y el bigote blanco; el prolongado invierno se había instalado en sus ojos y en su figura desde hacía buen tiempo.

Conocí al maestro Fernández en la década de los años ochenta del siglo pasado. Lo conocí por la mano generosa de uno de sus amigos, el fino narrador quien me avisó de la publicación de este libro de memorias, Armando Oviedo Romero. Asiduo a las tertulias de los sábados en el Distrito Federal, Armando me invitó un día y allí estaba el mejor traductor en lengua italiana en México, Guillermo Fernández. Enjuto de carnes como el que esto escribe, usaba unos lentes de pasta, los cuales eran moda en aquel entonces. Publicaba regularmente en suplementos y revistas en la capital mexicana. Son memorables y de antología sus traducciones a poetas y narradores italianos como Pier Paolo Pasolini, Cesare Pavese, Giuseppe Ungaretti y Valerio Magrelli. Su trabajo de traducción fue publicado entre otras editoriales, por la UNAM y la UAM y su propia poesía fue editada en un excelente recuento, por el Fondo de Cultura Económica. Su título: “Exutorio. Poesía reunida 1964-2003.”

En su libro de memorias o autobiografía, como usted prefiera, al hablar de Guadalajara, de aquel Guadalajara de su niñez, así retrata la urbe que ahora es una de las ciudades más bellas de México: “… calles empedradas con ‘piedras de Castilla’, las cuales, tras las lluvias torrenciales, se convertían en verdaderos arroyos que iban a desembocar en la Calzada Independencia, arrastrando consigo miles de barquitos de papel que los niños arrojábamos en las aguas de la corriente de los vendedores de leche de burra, quienes desde las seis de la mañana, recorrían con su manada de seis o siete burras, que ordeñaban en la puerta de las casas y de tantas otras costumbres ahora impensables y desaparecidas; de los tendajones arrabaleros, en los que era posible comprar pan, cafiaspirinas, brillantina líquida y sólida, caramelos, maíz y otros granos…”

¡Caray! Que estampa de vida de una Guadalajara idílica, hoy preñada de bellas y arboladas avenidas, pero con un ruido demencial por sus autos y con el tráfago urbano el cual nunca, nunca descansa. Dejamos para otra ocasión en este espacio, lo que cuenta el maestro Fernández de gastronomía alrededor del mundo. El libro se consigue en la vecina ciudad de Monterrey y es un lujo leer tan alta prosa del mejor traductor del italiano que ha tenido México.

El autor

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.