Triumph

Si un niño hambriento es capaz de comerse un brócoli y hasta de tomar leche bronca, ¿Por qué la madre mexicana insiste en mandarlo a la escuela con un gansito y un frutsi? Claro, porque es más barato

Entonces, vayamos quitando de la ecuación aquello de que compremos artículos con código de barras 750 y no sé patrioteras cosas más: nadie va a comprar un televisor marca Quetzalcóatl si la Samsung le ofrece mejor relación precio-calidad; nadie va a sacrificar su economía doméstica por salvar la economía nacional.

Y va de paso: el martes pasado, los latinos, musulmanes, chinos, hindúes y marcianos radicados en Estados Unidos, votaron para que ya no llegaran más inmigrantes a competirles por sus fuentes de empleo, es un aspecto dónde la naturaleza humana elige por una cuestión de supervivencia más que de raíces, parentesco o afinidad.

Y aunque el panorama es muy borroso aun y las aguas no acaban de calmarse, algunos escenarios podríamos imaginar desde la cabecita amarilla del nuevo líder del mundo occidental: el famoso muro no tendría que ver con el historial del número de personas migrando al norte, más bien sería una necesidad hacia el futuro por una nueva y escandalosa posibilidad de una monumental escalada en el éxodo de latinos buscando oportunidades ante un México quebrado si no nos ponemos las pilas…. ¡Pero ya! Me explico: una mente demagoga, populista y oportunista con el perfil de Trump, bien podría pensar en echar mano de algo llamado la Reserva Estratégica de Petróleo, que como su nombre lo indica, es un montón de petróleo bien guardadito durante décadas por los gobiernos gringos; un ahorro pues, algo que no afectaría en el corto plazo a sus electores. Y ni te la des de importante pensando que lo haría por darnos en la madre a los guadalupanos.

No, su intención sería tener sometidos económicamente a los países de medio oriente que aún no han consolidado sus economías apuntalando otras fuentes de riqueza diferentes a la explotación del petróleo…. igualitos que México. De ahí nuestro riesgo como país, producto de un daño colateral por una pelea entre gigantes. Por supuesto que a la economía norteamericana no le conviene que a nosotros nos vaya mal, pero no somos su prioridad.

Por eso, si no entendemos en el cortísimo plazo (nomás pasando el Buen Fin) que debemos convertirnos en generadores de riqueza vía valor agregado a lo que hacemos en vez de ser simples explotadores de recursos naturales y mano de obra barata, estaremos destinados a que Trump sea el símbolo de nuestra incapacidad, en lugar de que Triumph sea nuestro destino.

cesarelizondov@gmail.com

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César Elizondo

Escritor saltillense, ganador de un Premio Estatal de Periodismo Coahuila. Ha escrito para diferentes medios de comunicación impresos de la localidad.