TRES EN UNO

TRES EN UNO

“Todo empieza cuando la pluma se inclina sobre la superficie de la piel o del papel para inaugurar la realidad.” –García Montero y Muñoz Molina

La poesía es instrumento beneficioso y de utilidad para el individuo; sin embargo, es importante hacer énfasis en ese individuo, precursor de la misma. Según el poeta colombiano Jaime Jaramillo: “Si el poema es el lugar en donde el hombre se encuentra con la poesía, también y más precisamente es el lugar de encuentro con el poeta, porque el poeta vive en el poema, tanto si lo consideramos en general, como en relación con un autor y una obra particulares. La obra es inseparable de su creador. He oído reiteradamente que sólo interesa la obra en sí, prescindiendo de su autor. No se puede hablar de poesía en abstracto, haciendo a un lado la noción del poeta, puesto que la poesía existe por el poeta.”

La poesía, aunque pareciera ser un ente en sí misma o que posee vida propia, es creada por el humano; es él –a quien podemos referirnos también como “poeta”- quien le da vida. Podrán existir todos los temas que alguna vez se han escrito: la naturaleza, el universo, el espacio, el tiempo, la mortalidad, el infinito, los viajes, el porvenir; pero de no existir el poeta, no habría letras, no habría libros, no habría registro de conocimiento ni evolución con el paso de los años. No existiría ni siquiera este lenguaje a través del cual este texto tiene la capacidad de ser escrito así como de ser leído. De esta manera, gracias a la existencia del individuo se debe el registro y difusión de la poesía.

No obstante, aunque la poesía tiene su origen en las entrañas de la raza humana, es común el pensamiento y creencia de que sólo algunos tienen la capacidad de ser “verdaderos” poetas, manifestando nuevamente la insistencia humana en torno a la competencia y a la falta de seguridad ante las habilidades propias. Jaramillo vuelve a esclarecer el punto, asegurando que “reservar el término de poeta sólo para el que escribe versos es empequeñecer la poesía; también hay que aprender a disfrutar la poesía no escrita, que se expresa por otros medios. En tanto se amplíe el concepto de poeta, será mejor para la poesía y para el mundo”. El humano, el escritor y el poeta son –como la idea de Santísima Trinidad– la misma persona, fusionando tres conceptos en un solo estado mental, haciendo consciencia que ese “poeta” idealizado no existe, pues “poeta” y “humano” convergen en uno mismo. Esto se sabe y demuestra puesto que se encuentran, por lo menos en este tiempo y espacio, dentro de la misma realidad.

Para concluir, el gran Ortega y Gasset ofrece una clara referencia acerca de lo anterior: “(…) los grandes escritores nos plagian, porque al leerlos descubrimos que están contándonos nuestros propios sentimientos. En este sentido, yo no creo que el escritor sea alguien aislado de los otros o singularizado por el genio o por el talento.

El escritor, más bien, es el que más se parece a cualquiera, porque es aquel que sabe introducirse en la vida de cualquier hombre y contarla como si la viviera tan intensamente como vive la suya propia.”

LA AUTORA

Joven apasionada por las letras, heredo de su madre y abuela los deseos de contar historias, con 22 años de edad, María Treviño ya sabe lo que quiere en la vida: escribir es la máxima expresión de su existencia.

María Treviño

Joven apasionada por las letras, heredo de su madre y abuela los deseos de contar historias, con apenas 19 años de edad, María Treviño ya sabe lo que quiere en la vida, escribir es la máxima expresión de su existencia.