SI HOY TE TENGO, HOY TE DISFRUTO … (1/2)

SI HOY TE TENGO, HOY TE DISFRUTO ... (1/2)

Han llegado al consultorio decenas de personas en momentos de shock, como ejemplos, después de un divorcio, de una pérdida familiar o financiera. Cuando estamos viviendo un momento de desesperación tan grande, lo primero que le pedimos a la persona es que empiece a respirar. Ya he hablado muchas veces de que debemos que bajar nuestros niveles de estrés con el simple hecho de empezar a oxigenar nuestro cerebro. Cuando estamos en un momento de estrés fuerte, nuestro cuerpo se queda en un estado de alarma por una necesidad de supervivencia. Empezamos a sentir en microdosis las mismas cosas que nos pasan en el cuerpo cuando pisamos el freno muy fuerte y estamos a punto de chocar: el corazón se acelera, la temperatura aumenta y nos empiezan a sudar las manos, la boca del estómago se cierra para evitar que un golpe haga salir ácido gástrico, nuestras pupilas se dilatan y algunas otras cosas que hacen que nuestro cuerpo se prepare para un golpe.

Toda persona que está en ese estado de shock solo respira con la parte superior de los pulmones y mete muy poco oxígeno al cuerpo, el suficiente para mantener las funciones básicas del cerebro. Al empezar a hacer respiraciones profundas podemos empezar a oxigenar nuestro cerebro adecuadamente para empezar a pensar y dejar de actuar. Esto lo puedes hacer en casa y de hecho tiene un nombre: MEDITACIÓN. El poder sacar aunque sea 5 minutos el ratoncito que tenemos en nuestro cerebro que trabaja a velocidades impresionantes, para poder estar unos minutos en entera paz.

Esa desesperación tan grande que causa un problema de tal magnitud y que creemos que no podemos controlar, nos lleva a ese estado de supervivencia (en inglés se llama flight-or-fight response). Cuando el paciente se da cuenta que se puede pasar la vida quejándose, pero que también tiene la opción de aprender del problema, empezamos a pensar en vez de reaccionar. Y de ahí caemos en la cuenta de que el día de hoy tal vez sea el último que tenemos.

Varias veces se ha utilizado la frase “no sabemos si vamos a despertar mañana pero tenemos tanta fe en nosotros mismos que hasta alarma ponemos”.

Si hoy es mi último día y no tengo la certeza de si Dios me va a regalar el siguiente, deja tu entero o sano, simplemente despertar! Si solo me quedan estas horas de vida, ¿que voy a hacer conmigo? ¿Que voy a hacer para mí y que voy a hacer para las personas que amo? ¿Cómo me voy a comprometer yo, conmigo y con los demás, a vivir como si esté fuera mi último día?

Cuando vienen los diagnósticos de enfermedades importantes, cuando viene la pérdida de esa persona que amamos pero que nunca valoramos, cuando nos damos cuenta que la salud emocional es más importante que la salud mental, muchas veces ya es tarde.

Te invito el día de hoy, a tener la posibilidad de vivir como si mañana no fueras a despertar. Que hoy fuera la última vez que pudieras ver a tu familia o que puedas hablar con tu papá o tu mamá. Que triste que sí te des el tiempo de visitarlos cuando ya están en una tumba, en lugar de darte el tiempo ahora de disfrutarlos, visitarlos, platicar con ellos, comer con ellos. Esperar, se me hace una reverenda fregadera. “Nombre, el fin nos vemos”. “A ver cuándo nos juntamos”. “luego te hablo”. Que gacho deveras.

Por eso, si hoy te tengo, hoy te disfruto.

EL AUTOR

Guillermo Barquet, es un hombre de semblante, amable. A través de terapias y distintas herramientas ayuda a las personas a encontrar su balance.

Frai Gomez

Fotógrafo de eventos sociales para Saltillo360 y Vanguardia MX.