El Abecedario de la Nutrición llega a la “K” de ketchup y otras salsas, y se pone muy serio.
¿Salsas? Pocas, naturales y en pequeñas cantidades, y nunca con alimentos grasos o ricos en sal y azúcar. ¿Lo peor? Ketchup encima de las patatas fritas, con una hamburguesa, un refresco grande y un postre dulce. Será barato, sí, tan barato como dañino. El Abecedario de la Nutrición llega a la “K” de ketchup y otras salsas, y se pone muy serio.
Cuidado con las salsas, con su abuso desde luego, pero también con su uso, con qué se toma y con la calidad de sus ingredientes.
La responsable de salud y nutrición de Nestlé, Anabel Aragón, analiza el consumo de salsas y hace una serie de advertencias que no deben caer en saco roto.
¿Son las salsas comerciales todas iguales?
No. Hay salsas preparadas elaboradas con ingredientes grasos como aceites, nata o mantequillas; otras donde predominan elementos dulces como la miel, el azúcar o el sirope; o las directamente saladas, con sal por supuesto, concentrados de carne o potenciadores de sabor, tipo glutamato, además de hierbas y especias.
El aporte de energía de estos productos es alto y por ello, desde el punto de vista nutricional, Anabel Aragón recomienda limitar mucho su uso en cantidad y frecuencia.
La experta informa, sin embargo, de que muchas salsas se están reformulando y están reduciendo las cantidades de grasa, sal y azúcar. Por ello, la recomendación es prestar atención a las etiquetas y elegir salsas que contengan ingredientes naturales.
¿Y qué debemos hacer con las salsas que nos sirven fuera de casa?
Consejo central: que la salsa añadida venga aparte, de forma que podamos graduar su consumo a nuestro gusto, y evitar que ya desde la cocina se nos obligue a una cantidad extra de calorías con una excesiva ingesta, lo que pasará factura a nuestra salud si este consumo es habitual y continuado.
Mucho cuidado con el ketchup
Anabel previene de algo demasiado habitual, más en la juventud: Salsas como el ketchup que se consumen junto con alimentos ricos en grasas , azúcares o sal, especialmente en los restaurantes de comida rápida.
Y pone el ejemplo de lo peor de lo peor: Una receta a base de carnes grasas como hamburguesas o salchichas, acompañado de patatas fritas rociadas con salsa ketchup, barbacoa o mayonesa, más refrescos con azúcar, postres dulces y, además en grandes cantidades. Mucho mejor evitarlo. Un mensaje para los niños, los jóvenes y también para los padres.
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