QUERIDAS NOVIAS…

Al inicio del 2020 estaba muy emocionada.

Cumplo años el 2 de enero, entonces siempre recibo el año celebrando mi vida, rodeada de mis amigos , con muy buenos deseos y el cariño de toda mi familia; planteándome cambios y nuevos proyectos, con toda la adrenalina , alegría y energía para recibir lo que venga.

“Este será mi año”, la mayoría de las personas, yo creo lo dijimos.

Abrí mi agenda, quería estrenarla con urgencia, anotar mis propósitos, las fechas especiales, los viajes programados, los eventos, en fin, todo.

Compre plumas de colores, stickers y post its para resaltar esos días que serían memorables. Como punto número uno de mi lista era bajar unos kilitos, pues las bodas de mis mejores amigas estaban a nada de hacerse realidad y yo tenía que lucir los vestidos de la mejor manera.

La planeación de los enlaces  fue un tema de conversación muy  recurrente en las reuniones, en los cafecitos y por WhatsApp durante casi todo el 2019.
Mi carrete de fotos estaba lleno de imágenes de peinados, maquillajes, zapatos e ideas que utilizaría en aquel día especial, la ocasión lo ameritaba; eran las novias mis mejores amigas, sabía que lo que para ellas significaba  y quería estar a la altura.

Llegó marzo y con él llego el temible virus, el miedo, la paranoia, la incertidumbre y la cuarentena.
Se empezaron a tomar decisiones con respecto a todo y los planes de las futuras desposadas también quedaron en el aire. De un día a otro el mundo se detuvo y todo cambió.
Se tuvieron que hacer cambios, buscar la mejor opción, no solo para ellas , sino para su familia, sus amigos y la sociedad.

Se valía y se vale llorar, hacer berrinches, sentir el corazón triste, no dormir, preguntarse mil veces ¿por qué? 
Una boda es un evento lleno de sueños, ilusiones, detalles y amor. Una fiesta que se planea por un año o hasta más, en donde los novios y sus familias hacen un gran esfuerzo  tanto económico como emocional.

Es una fecha tan esperada que duele reprogramar  o hasta cancelar.
¿Dónde quedarían  las invitaciones, los arreglos de flores, el menú, las almendras y cada uno de los preparativos?
Hoy les digo a todas ellas que fueron muy valientes, que las admiro aún más por tomar las decisiones que tomaron, que una fiesta no es sinónimo de amor y que el amor verdadero es la clave para superar cualquier adversidad.

Que llegará el día en donde todo esto será una anécdota increíble y sus hijos no podrán creer que su amor superó una pandemia.

 

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.