“NOTAS DE COCINA” ½

“NOTAS DE COCINA” ½

Invite a otros a brindar por un solo motivo: la fraternidad de estar vivos

Alguna vez tuve este libro en las manos, pero creo recordar, lo regalé. Lo leí a trompicones pero lo regalé. Es “Notas de cocina” de ese genio renacentista llamado Leonardo da Vinci. Hoy, en una de mis visitas a librerías regiomontanas, me topé con otra edición de dicho libro, esta es una bella reproducción con abundantes dibujos y bocetos que dejó el maestro pintor. Va entonces la ficha completa del libro: “Notas de cocina” de Leonardo da Vinci, editorial Planeta, 245 páginas. El libro no es barato, pero se disfruta enormidades, vale la pena su precio.

Y claro, usted lo sabe, son las notas de los cuadernos de Leonardo da Vinci donde dejó huella de su pasión por la cocina, entendida ésta no como signo de alimentación para sobrevivir, sino como un placer (civilización, no barbarie) de la mesa. En aquellos tiempos todo se inventaba, a todo había que darle incluso nombre. Leonardo contribuyó a todo ello. Usted lo sabe y aquí lo hemos comentado ya, a Leonardo se le debe la tercera púa a eso que hoy se le llama tenedor, en esta época se inventaron y diseñaron las copas de cristal para sustituir los pesados cuencos de metal para las bebidas y también a Leonardo da Vinci se le debe el invento de la servilleta. El libro edita un excelente ensayo donde se nos cuenta la vida gastronómica, digamos, de este genio. Y un buen dato: en su juventud, Leonardo da Vinci junto a otro genio como artista, Sandro Boticelli, fueron regentes de una taberna en su momento, “Las tres ranas.” La cual quebró por los inventos culinarios de Leonardo los cuales a todo mundo desconcertaban. Alguna vez salieron literalmente corriendo, cuando sus comensales no soportaron más los inventos gastronómicos del artista. En esa época (y aún en la actual, seamos francos) se privilegiaba la cantidad de los alimentos, no así la calidad y menos la puesta visual en la mesa, lo que actualmente es eso llamado (nouvelle cuisine) “nueva cocina.”

Para una gran boda de una sobrina de su amo, Ludovico de Sforza, Leonardo le propone el siguiente menú que desconcierta al Rey: una anchoa enrrollada descansando sobre una rebanada de nabo tallada a semejanza de una rana. Una zanahoria bellamente tallada. El corazón de una alcachofa. Dos mitades de pepinillo sobre una hoja de lechuga, la pechuga de una curruca. El huevo de un ave fría. Los testículos de un cordero con crema, la pata de una rana sobre una hoja de diente de león. La pezuña de una oveja hervida, deshuesada…

Como usted se imaginará lector, este menú para sibaritas fue desechado por Ludovico de Sforza. Si aún hoy suena complicado el realizarlo con la maestría y meticulosidad con lo cual Leonardo lo diseñó, imagine usted en esa época (Siglo XVI). En lugar de semejante menú para sibaritas, Ludovico encargó lo siguiente (es una parte) para el banquete de la sobrina de su familia: 6000 salchichas de sesos de Bolonia, 300 patas de cerdo rellanas de Módena, 1,200 pasteles redondos de Ferrara, 200 terneras, capones y gansos. 600 pavos reales. 2,000 ostras de Venecia, mazapán de Siena, trufas y macarrones de Génova. Lo milimétrico de la comida y menú diseñado por Leonardo da Vinci quedaría por siempre pospuesto…

EL AUTOR

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

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Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.