MARYCARMEN LOZANO JAMÁS SE RINDE

A seis años del accidente que cambió su vida, la joven se esfuerza en su recuperación y sus estudios, y comparte su testimonio para que más personas valoren la salud.

 FOTOS LUIS MELÉNDEZ

La vida de Marycarmen Lozano Villarreal cambió por completo debido a un accidente, pero gracias a su voluntad, el apoyo de su familia, médicos y terapeutas ha logrado salir adelante y se encuentra cada día mejor.

Marycarmen era una estudiante destacada. Ganó una beca para estudiar Psicopedagogía en la Universidad Anáhuac Mayab en la ciudad de Mérida, Yucatán. Es misionera de corazón, pues cuando tenía un año sus padres la llevaron a su primera misión. Nunca ha faltado desde 1995 e incluso viajó a Haití. “Quería adoptar a todos los niños. Se los quería traer a todos”, recordó su mamá, Tita Villarreal de Lozano.

MARYCARMEN

El domingo 24 de agosto de 2014 su vida cambió. Tuvo un accidente automovilístico en Mérida: una camioneta se pasó un alto e impactó tan fuerte del lado de Marycarmen que la dejó en coma. Los médicos determinaron que tenía muerte cerebral y lo mejor era desconectarla.

Sin embargo, su familia no quiso hacerlo. La trasladaron a un hospital de Monterrey y, durante el trayecto, abrió los ojos. Pasó a un coma vigil, no tenía conciencia, ni guarda recuerdos de esa época. Estuvo tres meses internada, tuvo varias operaciones para drenar el líquido de su cerebro y tuvieron que colocar 2 válvulas, se enfrentó a infecciones que pusieron en riesgo su vida; pero pudo regresar a casa en un estado de mínima conciencia.

“No hablaba, no comía, no caminaba, no escuchaba, no sabía ni llorar ni reír, no podía mover el lado izquierdo de mi cuerpo y el lado derecho se movía sin control, yo la verdad no entendía qué pasaba y tuve uso de razón hasta el año de mi accidente”, contó Marycarmen.

MARYCARMEN

 “El 24 de agosto fue un día que cambió mi vida por completo, pero gracias a ese accidente he conocido gente maravillosa que me impulsan a seguir, y gracias a Dios me estoy recuperando y valoro mucho la segunda oportunidad de vida que Dios me dio, porque estoy consciente de que pude haber muerto en ese accidente. Claro que me canso, pero veo lo que he logrado estos años y me siento orgullosa”, aseguró Marycarmen.

Toda su familia se comprometió en su recuperación: sus cuatro hermanos y sus padres se han dedicado cada día a animarla para seguir luchando. Adaptaron su hogar y convirtieron la sala en su cuarto y centro de terapias. Desde enero de 2015, Omar Toxqui trabaja con ella y ha estado presente en todas las etapas. También le apoya Mey Pardiño, asistiéndole con tareas cotidianas.

Gracias al esfuerzo y amor de su familia, sus terapeutas, médicos y de sí misma ha podido recuperarse paulatinamente.

Su lesión afectó la conexiones en su cerebro y, aunque toda la información sigue allí, había que organizarla a través de las terapias. Omar se encarga de facilitar esto con base en la repetición. Hubo una época en la que Marycarmen dedicaba nueve horas diarias a su recuperación, de lunes a domingo. Actualmente, el tiempo ha disminuido y se enfocan en aspectos más detallados.

Omar Toxqui y Marycarmen Lozano.
Omar Toxqui y Marycarmen Lozano.

Un año después del accidente comenzó a hablar y fue entonces cuando descubrieron que había perdido el oído. Tras hacerle un estudio de Potenciales Evocados Auditivos se detectó que tenía un daño interno y necesitaría de aparatos para escuchar. Sin embargo, no se rinden. “En esta casa todo es alegría, todos comparten. Así ha sido. Aquí no hay tristezas”, asegura Tita Villarreal.

De las cosas más difíciles ha sido separarse de sus amistades -pues sus amigos y amigas continuaron con sus vidas- y recuperar su independencia. Al principio no podía hacer nada sola y eso le frustraba. Además, ser consciente de su situación y limitaciones fue muy doloroso.

A seis años del accidente, Tita Villarreal recuerda esa época como un tiempo de fortaleza, “a veces largo, muy largo, y a veces se me ha ido muy rápido”. Cada logro de su hija era una bendición: primero movía un dedo, luego la mano y todo avance era un milagro.

MARYCARMEN

Este año también debieron enfrentarse a una nueva dificultad: la pandemia de COVID-19. Para proteger su salud, pusieron en pausa las terapias, pues no podían viajar a Monterrey, donde tomaba varias de ellas. Durante estos meses salía a caminar, usaba su bici triciclo y la caminadora para no perder su avance.

Esta situación de emergencia también ha hecho que más personas valoren la salud, que en ocasiones se da por asegurada. Marycarmen aprendió esta lección hace años y da su testimonio para que los jóvenes valoren sus vidas, vivan en equilibrio y estén cerca de Dios.

Tanto ella como su familia están convencidos de que tiene una misión por cumplir, cuál exactamente aún no están seguros. Mientras tanto, ella desea compartir su historia de vida para demostrar a las personas que si se quiere se puede, que Dios tiene la última palabra, la importancia de valorar la salud y que más personas conozcan sobre la discapacidad. Ha dado charlas a diversas escuelas e incluso a las fuerzas básicas de Tigres, su equipo favorito.

El año pasado pudo ingresar a la carrera de Desarrollo e Innovación Educativa en la Universidad La Salle. Empezó llevando dos materias, luego tres y actualmente cursa seis. Está totalmente comprometida con sus estudios.

Además, Marycarmen, apasionada del futbol, entró a Powerchair, un equipo de futbol para personas con alguna discapacidad física que utilizan sillas eléctricas para jugar. Es filial de Tigres y pronto llegará a Saltillo.

Marycarmen Lozano continuará con sus terapias, su recuperación, sus estudios y ayudando a los demás. A futuro, le gustaría estudiar una maestría en Educación Especial.

“Hay que cuidarnos. Hay que ver por la salud de uno mismo siempre, porque el único que puede ver por la salud eres tú mismo, y otra cosa importante también es incluir a la gente con discapacidad”, expresó Tita Villarreal.

Sus terapias

Entre las terapias que realiza Marycarmen actualmente se encuentran el método RIO, Rehabilitación Integrativa Oculomotora, pues además de sufrir daños en los músculos más grandes también los tuvo en los de los ojos, y terapias físicas con posiciones del neurodesarrollo.

MARYCARMEN

Marycarmen Lozano Villarreal

¿Qué mensaje quieres dar a las personas?

Que siempre usen su cinturón de seguridad y no manejen con el celular en la mano, que valoren las oportunidades que les da la vida, que no desperdicien su tiempo, que amen a sus familias y den gracias a Dios por su vida. El despertar cada mañana es un milagro.

¿Cuál es tu meta a futuro?

Me gustaría poder terminar lo que estoy estudiando y después empezar a estudiar una maestría en Educación Especial. Como fui al Teletón a terapias, me encantó convivir con los niños con discapacidad.

MARYCARMEN

¿Qué te hace feliz?

Me gusta mucho ver el futbol. Creo que siempre me ha gustado mucho ayudar, ir a misiones. Me gusta convivir con otra gente, me gusta conocer sus historias. Me gusta mucho leer, ver películas de historia. Me gusta ir a entrenar Powerchair futbol. Me gusta convivir con mi familia, ver a mis sobrinos y me gustan mucho los postres.

Si pudieras cambiar algo en el mundo, ¿qué cambiarías?

Cambiaría la forma de ver la discapacidad, que todas las personas especiales tuvieran las mismas oportunidades para desarrollarse y ser felices. Yo agradezco a la Universidad La Salle y a mis maestros, que me han aceptado y ayudado a lograr una de mis metas.

MARYCARMEN

¿Qué ha sido lo más difícil?

Perder mi independencia. Hoy puedo hacer muchas cosas, pero por muchos años dependía de otras hasta para bañarme.

Me costó dejar mi carrera en Mérida y ver mis sueños truncados, como el de ir de misiones a la India. También ha sido difícil no poder hacer las cosas a la hora que yo quiero.

Mey Pardiño y Marycarmen Lozano.
Mey Pardiño y Marycarmen Lozano.

¿Qué has aprendido?

A valorar mucho la vida, a dar gracias a Dios de que pude volver a caminar. He aprendido a disfrutar cada momento que la vida me presenta.

Carolina García

Nació en Saltillo, Coahuila en 1995. Ama la lectura y narrar historias. Es licenciada en comunicación por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participó en las antologías de cuento: “Imaginaria” (2015), “Los nombres del mundo: Nuevos narradores saltillenses” (2016) y “Mínima: Antología de microficción” (2018).