Gabriela Jiménez León enfocó sus estudios al desarrollo sustentable y trabajó en una agencia de las Naciones Unidas, UNOPS.
FOTOS LUIS MELÉNDEZ Y CORTESÍA
¿Qué estudiaste antes de entrar a la maestría y en qué escuela?
Al salir de prepa, entré a la carrera de Ingeniería Química en Procesos Sustentables en el Tecnológico de Monterrey campus Monterrey. Después del primer semestre, decidí cambiarme a la modalidad de Honors, en la cual el Tec le ofrece a sus estudiantes la oportunidad de graduarse con doble grado.
¿Qué maestría estudiaste y en dónde? ¿En qué consiste?
Estudié un Master in Science in Sustainable Management and Eco-Innovation en Rennes School of Business, Francia, para complementar mi formación profesional y así entender un poco mejor los retos sociales, económicos y ambientales que empresas y sociedades enfrentamos en la actualidad. Durante la maestría aprendí principalmente a desarrollar estrategias sostenibles para gestionar el impacto social y ambiental de empresas en múltiples mercados y campos de operación.
¿Por qué decidiste estudiar esa carrera y maestría?
Decidí enfocar mis estudios al desarrollo sostenible porque le tengo un amor y respeto enorme a nuestro mundo, me impacta la sabiduría de la naturaleza, y creo profundamente que el ser humano necesita encontrar un equilibrio para aprender a vivir en armonía con el planeta.
Tus estudios te han llevado a diferentes países, ¿a cuáles y por qué?
Durante mi carrera tuve la oportunidad de vivir en diferentes países. En verano 2016, participé en un programa de excelencia en la Universidad de Yale en Estados Unidos, en donde cursé dos materias ambas muy interesantes. Después, a principios del 2017 me mudé a Suiza para estudiar durante un semestre en École Polytechnique Fédéral de Lausanne. De Suiza me pasé directo a Francia, en donde por un año estudié mi maestría en Rennes School of Business. La universidad nos dió la oportunidad de hacer un intercambio en invierno y a mi me asignaron en Italia, por lo que estuve en Florencia cursando una materia relacionada a estrategias de negocios internacionales. Finalmente, tenía que buscar prácticas profesionales como requisito de graduación de la maestría y tuve la fortuna de ser aceptada en UNOPS, una agencia de las Naciones Unidas dedicada a la implementación de proyectos relacionados a la asistencia humanitaria, desarrollo, paz y seguridad en muchos países del mundo. Por lo tanto, volví a empacar todas mis cosas ya acumuladas durante varios años y me mudé a Copenhague, Dinamarca, en donde estuve trabajando durante un año.
¿Cuál es la anécdota que recuerdas con más cariño de cuando estuviste en una agencia de las Naciones Unidas?
Es difícil escoger una anécdota en específico ya que todo el año estuvo lleno de momentos muy especiales. Sin embargo, definitivamente, lo que recuerdo con más cariño es a todas las personas que tuve el placer de conocer. Trabajar en un ambiente tan multicultural como lo es la ONU me dio la oportunidad de rodearme y aprender de personas muy inteligentes, apasionadas, con los valores muy firmes, a quienes admiro y quiero mucho.
¿Cómo lograste ser el mejor promedio de tu generación?
Creo que fue el resultado de la acumulación de muchos años de dedicación y esfuerzo.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?
Sin duda el mayor reto al que me enfrenté durante los últimos años fue aprender a vivir con la incertidumbre que involucra el estar constantemente cambiando de ciudad, de cultura, de escuela, de amigos. Apenas estaba empezando a aprenderme las marcas de comida en un supermercado cuando me tocaba volver a empacar todo para cambiar de lugar. Llegar a un país sola, muchas veces sin hablar el idioma, buscar en donde vivir y como transportarme, adaptarme al modo de aprendizaje de la nueva escuela que era completamente distinto al anterior, aprender a resolver todos los problemas sola, hasta los que pudieran parecer más sencillos como cambiar una llanta, pudo llegar a ser algo abrumador. Sin embargo, creo que fueron todos esos retos que hicieron de esta experiencia una tan única y enriquecedora.
¿Y la mayor satisfacción que has tenido?
Definitivamente, la mayor satisfacción ha sido atesorar tantas amistades tan bonitas y genuinas por todo el mundo. Me siento muy afortunada de tener a tantas personas tan lindas en mi vida.
Adicionalmente, el trabajar para las Naciones Unidas siempre había sido un sueño para mí. De hecho, durante el verano en Yale conocí a una conferencista que había trabajado para la ONU y la invité a comer para hacerle unas preguntas; quería que me aconsejara y me compartiera su experiencia. Un día ya trabajando para UNOPS en Copenhague, encontré en mi celular una nota con esa lista de preguntas. Ese momento me hizo recordar todo lo que tuvo que pasar para que yo llegara a estar ahí y me hizo sentir muy orgullosa y feliz.
A partir de tu tesis surgió un programa de manejo responsable de residuos electrónicos, ¿podrías contar más sobre él?
Durante el año que estuve trabajando en UNOPS, apoyé al equipo de Sustainable Procurement en la sede de la organización. Cabe mencionar que en el 2017, UNOPS adquirió alrededor de $1 mil millones de dólares en bienes y servicios, por lo que existe un potencial significativo para influenciar el mercado a favor del desarrollo sostenible. Es por eso que decidí escribir mi tesis acerca de la implementación de economía circular en las adquisiciones de UNOPS. Después de meses de investigación, presenté a mi equipo diferentes ideas de proyectos, incluyendo el programa de manejo responsable de residuos electrónicos.
Durante la investigación, nos dimos cuenta que la agencia simplemente guardaba los electrónicos que ya no funcionaban en un cuarto, no los regresaba a los proveedores originales ni los reciclaba como debía de hacerlo. Empezamos un programa para incluir acuerdos de devolución a proveedores en los contratos de compra para alentar la reparación y reciclaje de equipos antiguos. Asimismo, se agregaron requisitos a las licitaciones como lo es comprar equipos eficientes, con sustancias nocivas limitadas, con una garantía mínima y disponibilidad de repuestos. Un reto grande es la logística que este programa involucra, ya que UNOPS tiene oficinas en más de 40 países del mundo y realiza alrededor de 900 proyectos al año en más de 80 países. Es un proyecto que sigue en pie y avanzando, lo cual me emociona mucho.
¿Dónde laboras actualmente?
Actualmente estoy por terminar prácticas profesionales como analista de negocios en Galera, una consultora en Monterrey.
Persona que más admiras: Una de las personas que más admiro y ha tenido un gran impacto en mi vida es mi ex jefe de la ONU, Jamieson Saab; por su incomparable actitud positiva y por su capacidad de brillar y hacer brillar a todos los que lo rodean.
Frase que te inspira: Mi papá siempre dice que los problemas se miden en el tiempo que tardas en resolverlos. Me encanta esta frase porque me hace poner todo en perspectiva.
Promedio con el que te graduaste: Carrera: 98/100 Maestría: GPA 5/5
Si pudieras cambiar el mundo, ¿qué cambiarías?
La empatía de las personas. Creo que hemos perdido la sensibilidad al sufrimiento ajeno, tanto de personas, como también animales y nuestro mismo planeta.
Cuál es tu objetivo en la vida: Impactar de manera positiva la vida de otras personas.
Meta a futuro: Hacer un MBA, trabajar en una consultora internacional, formar una familia, trabajar en una ONG.
¿Qué recomendaciones darías a los estudiantes?
Les diría que no tengan miedo a equivocarse. Salgan, pregunten, busquen las oportunidades y no dejen de luchar por lo que los hace felices. De lo único que se van a arrepentir es de lo que no hicieron, así que busquen el cómo sí, porque nadie va a hacerlo por ustedes. Y cuando consigan lograr todas sus metas, asegurense de no dejar a nadie atrás.
