De frente al miedo: cómo vencernos a nosotros mismos.

Todos conocemos la historia de Batman, el héroe ficticio que defiende la justicia y vive con integridad. ¿Cuál es la razón por la que se convirtió en Batman? Quería enfrentar su miedo a los murciélagos convirtiendo su intenso miedo en una fuente de una increíble fuerza. Incluso las personas más valientes tienen miedos que superar. ¿Tienes miedo a algo tangible, como las arañas o las alturas? Tal vez tienes miedo al fracaso, al cambio o a otra cosa que sea más difícil de determinar.

Independientemente de lo que te dé miedo, aprende a reconocerlo, enfrentarlo y apoderarte de ello de forma que nada pueda refrenarte en la vida.

 

1. Reconoce cuando los miedos se vuelven abrumadores. Es normal tener miedos. Puedes experimentar el miedo cuando montas una bicicleta por primera vez o cuando empiezas un nuevo trabajo. Sin embargo, cuando los miedos empiezan a tomar el control de tu vida y a afectar tu funcionamiento, se convierten en un problema. Si tus miedos parecen abrumadores, la angustia puede interferir con tu habilidad para funcionar y puedes experimentar intensa ansiedad o nerviosismo. Reflexiona sobre tus miedos y toma nota de cuánto afectan tu vida. ¿Tus miedos evitan que sigas adelante con lo que quieres en la vida? Las siguientes son algunas consideraciones:

  • Tu miedo te ocasiona ansiedad o pánico intenso.
  • Reconoces que tu miedo no es racional.
  • Evitas lugares o situaciones específicas.
  • El evitar el miedo te ocasiona angustia e interfiere con tu funcionamiento.
  • El miedo ha persistido durante 6 meses o más.

 

2. Cuestiona el poder que el miedo tiene sobre ti. ¿Tu miedo ocasiona que te quedes en la cama en lugar de levantarte e ir a una clase que tienes miedo de reprobar? ¿Evitas visitar a tu familia en otro estado porque no quieres subirte a un avión? Averigua exactamente qué poder tiene tu miedo sobre tu mente y tu comportamiento.

 

3. Imagina el resultado que deseas. Ahora que comprendes mejor tu miedo, piensa en lo que quieres cambiar exactamente. Piensa en ti mismo experimentando la vida sin tu miedo. ¿Cómo te sientes? Por ejemplo:

  • Si tu miedo es el compromiso, imagínate feliz con una pareja.
  • Si tu miedo son las alturas, imagínate conquistando una caminata difícil. Conecta con la sensación de logro.
  • Si tu miedo son las arañas, imagínate viendo una y sintiéndote neutro.

 

4. Identifica las falsas creencias. Muchos miedos están basados en creencias falsas o pensamientos catastróficos. Cuando ves una araña, puedes inmediatamente creer que te hará daño y que morirás. Identifica estos patrones de pensamiento y empieza a cuestionarlos. Investiga un poco en línea y comprende el riesgo real versus el riesgo percibido. Reconoce que el peor de los casos es altamente improbable. Empieza a reestructurar tus pensamientos para no tener pensamientos catastróficos y empieza a contestarles a esos pensamientos.

  • Cuando surja tu miedo, haz una pausa y reflexiona sobre tu riesgo real. Contéstales a tus pensamientos negativos y falsas creencias y diles “Reconozco que algunos perros son feroces, pero la gran mayoría de los perros son dulces. Es poco probable que me muerdan”.

 

5. Prueba la exposición gradual. Después de haber enfrentado a tus creencias falsas, empieza a exponerte al miedo. A menudo, tenemos miedo a algo porque no hemos sido expuestos mucho a ello. El “miedo a lo desconocido” es una frase comúnmente usada para describir la aversión automática que las personas sienten a algo que es diferente.

  • Si tienes miedo a los perros, empieza mirando un garabato mal hecho de un perro con colores absurdos. Míralo hasta que no tengas una reacción de miedo.
  • Luego, mira la foto de un perro y luego el video de un perro. Examínalos hasta que no exista una respuesta de miedo.
  • Ve a un parque en donde sepas que habrá uno o unos cuantos perros con correa y obsérvalos hasta que no sientas miedo.
  • Ve a la casa de un amigo que tenga un perro y obsérvalo interactuar con él hasta que no te provoque una reacción de miedo.
  • Pídele a un amigo que te permita tocar o acariciar a su perro mientras tu amigo lo sostiene hasta que te sientas neutro.
  • Finalmente, acércate a un perro y pasa un tiempo a solas con él.

 

6. Aprende técnicas de relajación. Cuando tu cuerpo experimenta miedo, muchos detonantes preparan a tu cuerpo para una respuesta de acción de “lucha o huida”. Aprende a ignorar esta reacción contrarrestándola con técnicas de relajación. La relajación le dice a tu cuerpo que no hay peligro y que estás a salvo. La relajación también puede ayudarte a lidiar con otras fuentes de estrés y ansiedad en tu vida.

  • Prueba los ejercicios de respiración profunda. Enfócate en tu respiración y empieza a contar cada una: inhala cuatro segundos, luego exhala cuatro segundos. Una vez que esto te sea cómodo, prolonga tus respiraciones hasta seis segundos.
  • Si notas que tus músculos se tensan, sé consciente de relajarlos. Una forma de hacer esto es contraer todos los músculos de tu cuerpo durante 3 segundos y luego relajarlos. Hazlo dos o tres veces para que el estrés se derrita a través de tu cuerpo.

 

 

7. Convierte tu miedo en una fuente de fascinación. Las mismas cosas a las que tememos incitan sentimientos de euforia e incluso pasión. Por eso las personas disfrutan de los deportes extremos, las películas de terror y nadar con tiburones en sus vacaciones. Trata de redefinir tu miedo de una forma positiva y reconoce la emoción que puede ofrecer. Cuando empiezas a ver al miedo como una fuente de energía, incluso podrías aceptar su papel en tu vida.

 

Con información de: Wikihow.