¡FELIZ DÍA, ABUELITOS!

Los abuelos son de muchas formas, cada uno con su historia de vida, sus secretos, sus anécdotas, aprendizajes, aventuras, alegrías, heridas y ausencias; con mucho que compartir, enseñar, platicar, amar, caminar y descubrir. Con la tarea de conectar con una generación y un mundo de total rapidez y evolución; para ellos es un reto, ya que todo es nuevo y diferente.

No cabe duda que conocer a nuestros abuelos es una gran bendición y aún más tenerlos cerca por muchos años. Son generalmente seres llenos de bondad, agradecimiento y comprensión.

El rol de los abuelos ha cambiado a través de los años, también su apariencia física y la forma en la que se involucran con sus nietos; son activos, joviales y divertidos.

En la actualidad y por las circunstancias de la vida, vemos también abuelitos que son parte importante en la crianza de los nietos. Son ellos los que los llevan a la escuela, les dan de comer, juntos hacen la tarea y esperan a que los papás salgan de trabajar y puedan ir por ellos; entonces es ahí cuando aparte de consentir, alegrar y mimar, educan y ponen límites.

En lo personal, me hubiera encantado pasar más tiempo con los míos, de repente imagino cómo hubieran sido sus pláticas, sus consejos y su apoyo; sin embargo, agradezco lo que sembraron en mí y aquellos momentos que ahora forman parte de mi ser.

Hoy me toca ver a mis padres vivir esta experiencia, ejercer ese papel tan poderoso que marca e ilumina vidas. Son como la cereza del pastel, los encargados de dar ese toque y sabor especial a cualquier circunstancia que se presenta; increíblemente tienen la respuesta y solución a todo. Curan mágicamente dolencias, raspones y cortadas, limpian lágrimas, consuelan tristezas y berrinches. Cumplen sueños, con los mejores regalos e increíbles paseos. Sus brazos son como alas de ángeles, suaves y a la vez fuertes, con un sentido de absoluta seguridad y protección, siempre al pendiente del bienestar y la felicidad de los pequeños.

No desperdician el tiempo, pues saben que no será suficiente para demostrar todo el amor que sienten; es por eso que valoran el presente y se hacen partícipes en cada etapa y en cada acontecimiento escolar, siempre están en primera fila, orgullosos y aplaudiendo desde el corazón.

Sabemos que no necesitan un día especial para abrazarlos, para felicitarlos, para decirles lo mucho que los queremos y lo valiosos que son, pero nunca está de más engrandecer su misión, pues sé de primera mano que gran parte de su tiempo están pensando en las ocurrencias, logros y sonrisas de cada uno de sus nietos.

Deseo que queden muchos más helados por comer, un sinfín de chocolates que disfrutar, un millón de preguntas que contestar e infinitos cuentos por contar.

“Si hay algo mejor que tenerlos como padres, es que mi hija los tenga como abuelos”.

Gracias infinitas (Mí y Abu)

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.