EL SÍNDROME DE LA MALA MADRE

hijos felices

¿Es posible compaginar maternidad, trabajo, pareja, amigas y espacios de privacidad?

Piense durante unos segundos en el concepto de madre, no en la suya, ni en la mejor o peor madre del mundo que pueda conocer. Solo recapacita sobre lo que significa y lo que asocias con ‘ser madre’. Imagino que le vienen a la cabeza ideas como amor incondicional, abnegación, dedicación, ternura, cobijo, renuncia, satisfacción, plenitud, realización personal, vida, entrega, estar siempre ahí, lealtad, sumisión… Y un sinfín de palabras relacionadas con darlo todo por alguien.

Ése es el concepto con el que te has educado. La madre es esa persona incondicional que nunca te va a fallar. Esa persona capaz de renunciar a todo para que estés bien, la que espera con paciencia, la que siempre tiene una palabra de apoyo para animar o la que te presta su hombro para que llores cuando lo necesites. Este juicio de madre viene de cuando las mujeres se educaban en no tener más ambición que ser buenas esposas, mujeres, educadoras y transmisoras de valores; cuando solo se dedicaban a cuidar y organizar el hogar. Había excepciones, por supuesto, como Marie Curie, física, matemática, química, madre de dos hijas y galardonada con dos premios Nobel, pero no era la regla general.

“No hay manera de ser una madre perfecta,

hay un millón de maneras de ser una buena madre”

Jill Churchill

Pero los tiempos han cambiado. Muchas abuelas dicen: “Qué difícil la tienes ahora para triunfar”. Ya no basta con tener hijos impolutos, buenos estudiantes y educados. Triunfar hoy día para la mujer implica ser buena madre, una brillante profesional; conseguir tener un grupo de amigas; aprender a ser independiente a nivel emocional y económico; tener tu espacio para leer, hacer ejercicio y practicar aficiones; entrar en una talla 34 el resto de su vida; tener al lado a un hombre que valore tu esfuerzo, tu trabajo, lo quiera tal y como es, sea cariñoso y comprensivo, y sepa compaginar contigo las tareas domésticas y la educación de los hijos.

Demasiados roles, exigencias y expectativas altísimas, que al final llevan a replicar el modelo de ‘mujeres orquesta’ que tienen la sensación de estar en todo sin llegar a nada. Y cuando cree sque no estás cumpliendo a la perfección con la prioridad entre todas tus actividades, que suele ser la atención de sus hijos, te valora a ti misma de forma negativa. Hay madres que se creen ‘malas madres’ por no cumplir con sus expectativas o las que impone la sociedad.

No puntúes tu valía como madre en función de la cantidad de tiempo que dedicas a los niños. Lo que debes valorar y a lo que debes dedicar atención es a la calidad de las relaciones y el vínculo con tus hijos. Tampoco se te ocurra sentirte culpable por compaginar tu maternidad con tu labor como profesional, por dedicar tiempo a salir a correr o querer leer un libro a solas y tranquila en el sillón. Tus hijos serán más felices si su madre se siente satisfecha, plena y profesionalmente realizada. No te engañes convenciéndote de que ser madre es suficiente para sentirse completa.

Si consigue compaginar tu trabajo, tu pareja, tu vida social, el tiempo que te dedicas a ti misma y el de los hijos, serás más feliz que si vives de forma abnegada y con sacrificio la relación con los niños. Te propongo leas estos libros.

libros mama

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Sonia Valdés

Periodista de Vanguardia desde 1989. Editora de Omnia, Hogar y suplementos como PERIODIQUITO y CAMPUS Enlace Universitario. Maestra de inglés a nivel secundaria y una gran entusiasta de promover los valores y la importancia de practicar un deporte. Con un especial cariño por el beisbol.