EL ELIXIR DE LA VIDA

MARIANA CABELLO

¿Dónde puedo encontrar la pócima de la eterna juventud?, ¿qué es lo que tengo que hacer para verme siempre joven?, ¿qué rituales son efectivos para no envejecer?

Para la sociedad, el crecer y cambiar físicamente siempre se ha visto como algo que debemos detener o alargar, pues la publicidad, las revistas y los medios de comunicación nos han vendido la idea, de muchas formas, de que para ser atractivos y sentirnos felices debemos vernos siempre como de 25, pues se dice que es la edad donde experimentamos nuestros mejores momentos.

El hacernos mayores es algo que sabemos que va a suceder, pero, al parecer, queremos evitarlo a toda costa. Cada vez son más los tratamientos, las cremas, las operaciones que nos ofrece el mercado justo para eso: para vernos siempre jóvenes, para prevenir el paso del tiempo, para ocultar nuestros años.

El cuidarnos físicamente es un punto importantísimo, es un reflejo del amor y los sentimientos que llevamos por dentro, además que es nuestra carrocería para ir caminando por la vida. Sin embargo, lo que creo aún más importante es ocuparnos de que no envejezca nuestra alma y mantener vivo nuestro espíritu.

La edad uno la lleva por dentro, por el ánimo y la actitud con la que enfrentamos la vida y qué hacemos con lo que tenemos y podemos.

El creer que un número define la manera de vestir, las actividades que realizamos y cómo nos relacionamos con los demás es algo impuesto, un deber ser que ha cambiado y una decisión personal.

Veo a mi alrededor personas mayores entusiasmadas aprendiendo un nuevo idioma, emprendiendo un nuevo negocio, abriendo sus redes sociales, haciendo nuevas amistades, vendiendo pasteles, disfrutando de más pasatiempos, conociendo lugares y saboreando los días con tanta vitalidad y jovialidad.  Salen en busca de las oportunidades, se mueven y sus pensamientos, a pesar de los cambios o circunstancias que enfrentan, son siempre  positivos, alegres, sonrientes, bailadores, soñadores.

En ocasiones somos los más jóvenes los atemorizados por el paso del tiempo, porque se nos noten las arrugas o las canas, angustiados por un futuro lejano o encasillados en el pasado, sin centrarnos en el presente y en las mil oportunidades que tenemos.

Así que la pócima de la juventud está al alcance de todo el mundo, no tiene fecha de caducidad, ni cuesta miles de pesos. Es una sola dosis que se toma a diario, sin horarios, ni indicaciones, recomendada para hombres y mujeres de todas las edades.

¿Tú ya te la tomaste?

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.