EL CAFÉ LITERARIO 2/2

EL CAFÉ LITERARIO 2/2

Cuenta Salvador Novo que la primera cafetería que se abrió en la ciudad de México fue a finales del siglo XVIII. Y buscando el libro de Novo (“Cocina mexicana”), le conté en la columna dominical pasada, encogido entre volúmenes de gruesas páginas, estaba el siguiente libro el cual he disfrutado enormidades: “El café literario en Ciudad de México en los siglos XIX y XX”, para editorial Aldus, de la autoría de Marco Antonio Campos. No pocas veces entonces, el café, la cafetería de nuestra elección y aprecio, se convierte en la segunda casa. Nuestra segunda casa. Pero, advierte Marco Antonio Campos, se ha confundido siempre la cafetería con el restaurante o la fuente de sodas (nevería, se le decía por algún tiempo aquí en Saltillo y la más famosa o la que yo recuerdo era la “Nevería Nakasima”).

Hoy es impensable no asociar el café con el restaurante. Ya se comieron uno al otro en perfecta simbiosis social y culinaria. Pero en este caso y al hablar de los cafés de los siglos XIX y principios del X, el autor nos lleva de la mano a lugares donde era sólo un nicho y se ofrecía una cosa como principal atracción: el café, un buen café. Nos habla de las cafeterías de la ahora ciudad de México, como el Café del Sur, El Cazador, el Verloy, el Progreso, El Bazar, La Bella Unión, el Fulcheri, el de Iturbide, La concordia… De linaje escogido los anteriores establecimientos, la mayoría han desaparecido. Las entonces tertulias de ayer, se han desplazado a restaurantes o bares de hoy. El primer Café en instalarse o abrir sus puertas en la ciudad de México, fue el de Manrique, sobre la calle Tacuba. Luego el segundo del cual se tiene noticia escrita, es el de Medina (24 de septiembre de 1806), a lo cual la investigadora Clementina Díaz y de Ovando, dice que “los cafés en México fueron, desde sus inicios, espacios de reunión, de conspiración política, de lecturas de periódicos y peñas literarias…”

Uno de los más famosos establecimientos de este tipo fue el “Café de Nadie”, donde se reunían los escritores y artistas del llamado “Movimiento Estridentista”: Manuel Maples Arce, Germán List Arzubide, Salvador Gallardo, Miguel Aguillón, Miguel N. Lira, Arqueles Vela, el grabador Leopoldo Méndez, Germán Cueto. Este era el grupo sólido, aunque también llegaban a sus tertulias y mesa, Manuel M. Ponce, Silvestre Revueltas, Diego Rivera., Ramón Alva de la Canal. Cuenta List Arzubide que fue Maples Arce quien descubrió este café en la Avenida Álvaro Obregón en la ciudad de México. La leyenda es la siguiente y la cuenta Marco Antonio Campos: “En el establecimiento no había nadie. (Maples Arce) Pasó a otra pieza, donde sólo halló una cafetera que hervía. Se sirvió, regresó a su mesa y se tomó el café. Como nadie vino a cobrarle le pagó a nadie y dejó una propina a una camarera que nunca vio. Y así fue y así regresó otras noches al café donde nunca encontró a nadie (Página 65). Pues sí, el “Café de Nadie.” Más literaria la anécdota, imposible.

¿Cuál cafetería o restaurante prefiere usted estimado lector? ¿A cuál es asiduo? A un Café se va a platicar el tópico de moda, pero también, se va a despellejar al vecino o al político. Se van a llorar penas, pero también se brinda con alegría. Se escriben cartas de amor, se escribe la gran obra y se proyecta el futuro incierto, todo, mientras damos cuenta de nuestro café fuerte y amargo, como el expreso o bien, se vierte un poco de leche para mitigar su sabor rudo. Hoy la variedad de café es infinita: con licor, sin él, descafeinado, moka, capuchino con espuma, sin espuma… en fin. Lo importante, amén del buen café claro, es la función social que estos establecimientos cumplen, más con esos seres atormentados por antonomasia, que somos los escritores.

EL AUTOR

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.