DUELO SILENCIADO Y CÓDIGO MARIPOSA | Saltillo360

DUELO SILENCIADO Y CÓDIGO MARIPOSA

Silencioso, desautorizado, secreto. De varias formas se nombra y de distintas maneras se entiende. Se trata del luto que llevan las personas que pierden un bebé en las etapas de gestación o en los primeros días de vida; etapa perinatal es el término adecuado.

No es que exista la falsa creencia de que no hay sufrimiento en tales circunstancias, sino que hay una laguna social que desatiende la necesidad de acompañamiento y respeto en estos casos.

El 15 de octubre, en el marco del Día Internacional de las Pérdidas Gestacionales y Neonatales, se vivirá la Ola de Luz Mundial, un evento que ilumina, reconoce y recuerda a cada bebé fallecido durante el embarazo, el nacimiento o en sus primeros días de vida. Aquí en Saltillo, a las 7 pm en la explanada de la clínica 89 del IMSS, el próximo martes, puedes llevar una veladora y vestir de rosa y azul para acompañar a los familiares de esos bebés, también llamados ángeles.

La intención de mi escrito es hacer eco de organizaciones formales o en proceso de formalización, como la asociación Es por Ti, no solo para el acompañamiento durante la Ola en estos días, sino también para generar comunicación y conciencia en nuestra sociedad. Juntos podemos dar los pasos necesarios para atenuar el inmenso dolor de quienes pasan por esa pena. ¿Cómo se logra? Para empezar, con pequeñas y desinteresadas acciones.

Ya sea que las leyes, normas y directrices lo marquen o no, la atención a los detalles puede convertirnos en valiosos apoyos para quienes sufren. Aunque nunca entenderemos el dolor de igual manera por no estar en la misma situación, lo que nos queda es practicar la empatía desde las acciones, desde cualquier ámbito en el que nos encontremos.

Desde la familia, buscando las palabras o gestos adecuados; desde las instituciones médicas, identificando a esas madres para evitar protocolos que les recuerden innecesariamente su pérdida; desde los centros de trabajo, otorgando los permisos necesarios hasta que el dolor permita su reintegración; desde el compañerismo en cualquier ámbito, esforzándonos por cubrir las obligaciones de los dolientes; desde los gobiernos, liderando a la sociedad y facilitando que todas las iniciativas de sanación sean atendidas.

En este último punto, recojo el concepto del Código Mariposa, que, a grandes rasgos, trata de hacer visible a la madre que ha sufrido la pérdida, para que quienes la atienden, de manera directa o indirecta, comprendan la singularidad del caso y actúen en consecuencia. Para explicarlo mejor, sería adecuado legislar sobre este u otro código similar, para que esos pequeños e inocentes detalles no pasen desapercibidos: tener a una madre sufriendo la pérdida en el mismo espacio donde otras celebran la llegada de sus hijos, personal del hospital que, sin conocer el caso, hace preguntas o, en ocasiones, lleva artículos para el bebé esperado; personal administrativo en clínicas y centros de trabajo, que al desconocer el código o la situación, pueden emitir comentarios o requisiciones bienintencionadas que terminan siendo hirientes. Igual puede suceder en cualquier actividad que la madre realice de ahí en adelante, por el resto de su vida.

En el México de hoy, donde la sociedad civil y los gobiernos, de cualquier nivel o partido, enfrentan resistencias en sus puntos de vista particulares, acompañar, difundir y legislar a favor de movimientos que acogen a tantas madres, padres y familiares que sufren por la prematura partida de un bebé es la empatía que podemos mostrar para ofrecer esa piedad, insuficiente tal vez, que puede ser leída desde la religión, la psicología, la sociedad y el gobierno. Desde la niñez hasta la vejez, para todos significa lo mismo. En esto no tenemos diferencias, y nos puede servir para subsanar, en algo, esas lagunas que sin querer hemos dejado en nuestra sociedad.

Martes 15 de octubre, Día Internacional de las Pérdidas Gestacionales y Neonatales, 7 pm en la explanada de la clínica 89 del IMSS, la Ola de Luz Mundial.

César Elizondo Valdez