DÍAS Y DÍAS

Estos días han sido difíciles, es imposible ignorar lo que está sucediendo actualmente en el mundo por causa de un virus del que sabemos muy poco. Aunque vamos por el camino correcto, guardados en nuestra casita y saliendo lo menos posible a la calle, da miedo no dimensionar  la magnitud del problema, lo que sucederá y cuándo podremos volver a abrazarnos.

Las emociones y la actitud positiva juegan un papel muy importante en estos momentos, pues son una pieza clave para sobre llevar de buena manera la contingencia, evitando el conflicto en el hogar. Tener una buena cara para enfrentar  el presente y prepararnos para el futuro nos ayudará a  transmitirles  paz y seguridad a los nuestros, que se sientan confiados por estar haciendo lo que necesitamos. Aunque pareciera que todo ha sido malo estas semanas, hay también un rayito de luz en tanta obscuridad.

Hemos aprendido y vivido la vida de muchas otras formas. Hemos visto que las 24 horas del día son suficientes si las organizamos bien , si nos regalamos el tiempo para de verdad aprender, trabajar, compartir, convivir, ejercitar y disfrutar. Hemos convivido con  nuestra familia como hace mucho no lo hacíamos y realizando  cosas que siempre dejábamos al último por atender mil compromisos más.

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Hemos valorado cada rincón de nuestra casa, sin importar si es pequeña o grande, si tiene un hermoso jardín o una pequeña terraza, pues el sentirnos seguros y felices es lo que en verdad importa. Somos afortunados por contar con gente que nos apoya emocional y  moralmente, con lindos mensajitos, haciéndonos llamadas, compartiendo recuerdos, leyéndonos en Facebook, aconsejándonos, dándonos tips, etc.

Que la sociedad en la que vivimos no está tan rota como creíamos, que somos muchas personas de buenos sentimientos que  sabemos trabajar en equipo, que cumplimos las reglas, que nos preocupa el bienestar de todos y somos empáticos ante el dolor de los demás.

Que la vida es prestada, que no tenemos nada asegurado, ni siquiera lo que planeamos con tanto cuidado, detalles e ilusiones. Que la frase “vive tu día como si fuera el último” no está trillada y ojalá desde ya  podamos entenderla y aplicarla.

Que nuestra vida imperfecta era perfecta, que lo que nos preocupaba tanto no tenía tanta importancia, pues tenía solución. Que de lo que nos quejábamos tanto es lo que ahora añoramos y que daríamos todo lo que fuera por volver a la rutina y a la “calma” de nuestros días.

Que el café nos gusta más con compañía, que reír con los amigos debe volverse obligación, que el pasar tiempo con nuestros hijos es una bendición. Sigamos poniendo nuestro granito de arena para salir de esta juntos.

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.