QUE NO SE ACABEN LOS DOMINGOS

QUE NO SE ACABEN LOS DOMINGOS

Entre tanto trabajo, juntas, reuniones de negocios y compromisos es difícil verte a diario. Se lo ocupado que estás, pues la responsabilidad que cargas es grande y tu sueño de triunfar no te deja llegar temprano para poder jugar.

Tu aspecto de hombre importante, elegante y trabajador es el que llevo conmigo a diario y orgullosa siempre estaré de lo que has logrado y la familia que has formado.

No me quejo, pues te tengo los domingos conmigo, esos días donde te quitas la corbata, apagas el celular y solos tú y yo disfrutamos el momento.

Juntos hacemos magia, viajamos a lugares imaginarios, en donde soy una adorable princesa y tú, un valiente caballero, luchando contra ogros y dragones, queriéndome proteger a toda costa de aquellas temibles criaturas que están por alcanzarme.

También nos convertimos en los chefs más importantes del mundo, por la deliciosa pasta que preparamos y en un dos por tres la devoramos.

Y cuando son días de futbol portamos con orgullo la playera de nuestro equipo favorito y nerviosos esperamos ese gol que te dé a ti la victoria y a mí el abrazo más cálido que me fascina sentir.

Aunque sabes que no soy tan buena en los deportes poco a poco con tu ejemplo me los has inculcado, pues dices que buenos amigos hacemos al practicarlos.

Me encanta escuchar tu música “The kings of león y “The killers”, mi mamá pregunta que porqué las repito tanto, yo quiero contarle que tú y yo tenemos un pacto y que en otra vida estrellas de rock seremos.

Contigo no me faltan las risas, pues tus ocurrencias, tus chistes, y sentido del humor hacen que llore a carcajadas, me duela la panza y quiera que el tiempo no avance.

Y cuando algo te preocupa, estás más serio y melancólico te quieres poner; me hablas de la vida, de mis abuelos, de tu infancia y el pasado. Mencionas varias veces la frase “eran buenos tiempos” y yo callada solo pienso que estos son mejores, pues nos tenemos el uno al otro.

Mamá siempre llega a contarte de mis travesuras, mis berrinches y calificaciones; espera de ti un buen regaño o un largo discurso, pero tú siempre te volteas y me dices “ya María, hazle caso a tu madre.” Y como verdaderos cómplices con un solo guiño me dices lo demás.

Y al final del día siento tu mano junto a la mía, muy atenta escucho tu voz dándoles vida a grandes personajes y narrando bonitas historias. Y cuando ya estoy a punto de quedarme dormida solo le pido a Dios…

“Que no se acaben los domingos”. Felicidades a todos los papás en su día, pero en especial al mío que es mi inspiración y modelo a seguir todos los días y con el que estaré en deuda siempre. Y al papá de mi hija que ha hecho un papel maravilloso desde hace 7 años. Los amo.

LA AUTORA

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.

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Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.