DÍA DE MUERTOS

MARIANA CABELLO

Todos sabemos que vamos a morir. Sí, lo sabemos, pero no muchos lo comprendemos al cien por ciento; sin embargo, algún día estaremos viviendo nuestro último día y haremos las cosas que hacemos siempre por última vez.

¿A qué le tememos más? ¿A dejar de existir o a ver morir a nuestros seres queridos?, ¿estamos preparados para este suceso? ¿Podemos vivir sin pensar en ello?
La muerte es un tema complejo, una palabra que, al decirla, nos enchina la piel y nos estremece el corazón.

Hoy más que nunca el miedo a que llegue es más fuerte, pues en estos últimos meses la hemos presenciado de una manera muy distinta, cruel y de muchas formas.
Me gusta creer que el virus que hoy está en nuestro planeta ya estaba destinado a existir y las personas fallecen porque era su momento y no porque el COVID-19 les arrebató la vida.

Y a pesar de toda la tristeza que nos embarga al despedir a un ser querido, la tradición del Día de Muertos es un momento grato para recordar con alegría a las personas que ya se fueron, pues es una cualidad muy particular de nosotros los mexicanos.

Es por eso que hoy estas líneas son dedicadas a aquellas personas que ya no están con nosotros y que ahora se encuentran en un lugar mejor.

Que todas las veladoras que se prendan sean la luz que se necesita para aceptar la pérdida de un ser querido. Que las hermosas flores de cempasúchil sean un regalo para los ojos que hoy lloran sin cesar.

Que el aroma a incienso sea un calmante para el alma.

Que los colores tan llamativos que adornan el altar alienten a aquellos que hoy no encuentran los motivos para sonreír.

Que el pan de muerto sea un deleite para los nudos formados en el estómago y las calaveritas de azúcar una esperanza para continuar.

Honremos la vida, la muerte y a todos aquellos que dejaron huella. Agradezcamos la oportunidad de aprenderles, de quererlos y de amarlos.

Abracemos su recuerdo, sintamos su esencia y no olvidemos su presencia.
La muerte es impredecible, llegará algún día por nosotros y lo único que tendremos que ofrecerle serán nuestros recuerdos, las vivencias, los momentos y la satisfacción de haber vivido al máximo cada uno de nuestros días, entregando siempre el corazón en cada acto.

-Por todos aquellos que han perdido la batalla contra el COVID-19, por los que se quedaron esperando un milagro, por los que están luchando por salir adelante.
Porque estos tiempos tan complejos que hoy vivimos pronto terminen.

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.