COTOPAXI

El segundo volcán más grande de Ecuador.

Los viajes en carretera siempre tienen un toque especial, ya que te vuelves dueño del tiempo y de los espacios que quieres ir conociendo en el trayecto. A los costados de la carretera nunca faltan los comerciantes que ofrecen todo tipo de productos y en este caso hubo dos que llamaron mucho nuestra atención y por lo cual detuvimos el coche.

Todos los puestos ofrecían sandía, que por cierto tenía un sabor muy fresco y dulce. Otros de los productos que en repetidas ocasiones observamos fueron unos helados, que por lo curioso de su forma volvimos a hacer la parada. Se trata de los Helados de Salcedo, unas paletas de nieve con la figura como de un cono. El sabor original es un helado de leche con mora, naranjilla y taxo con centro líquido de jalea de mora-guayaba; un sabor inexplicable, tendrás que probarlo.

Veníamos por la carretera Panamericana Sur y en el kilómetro 42 nos desviamos a la entrada principal del Parque Nacional Cotopaxi. El parque nacional no cobra la entrada, es libre, pero sí debes registrarte. Adentro puedes encontrar cabañas, algunos restaurantes, una laguna; pero lo más impresionante es el volcán Cotopaxi, considerado uno de los volcanes más peligrosos del mundo debido a la frecuencia de sus erupciones.

Para llegar a la parte alta de este volcán nevado hay que avanzar varios kilómetros y durante el camino puedes apreciar mucha variedad de flora y fauna. Al venir apreciando el paisaje nos encontramos con un zorro, fue sorprendente verlo porque lo tuvimos bastante cerca, ya que estaba caminado a un costado de la carretera.

Entre más nos acercábamos al volcán más iba cambiando el clima, así como la vista hacia el parque. Cuando llegamos hasta donde se puede dejar el automóvil, justo a unos 2 kilómetros atrás, empezó a nevar, lo cual nos pareció sorprendente, pero a la vez el coche se empezaba a patinar entre la nieve. Aquí fue cuando entendimos por qué el que nos rentó el coche insistió en que nos lleváramos una camioneta 4×4. Cuando nos estacionamos en la parte más alta donde se puede llegar en auto, empezamos a caminar un poco más hacia arriba del volcán para poder apreciar la belleza de la nieve, así como el paisaje desde otra altura. Entre más subíamos más fuerte nevaba, hasta llegar un momento donde la nieve se nos empezó a pegar en la cara de una manera tan fuerte que era imposible seguir subiendo, fue cuando decidimos solo tomarnos rápidamente algunas fotografías y video corto para después bajar hacia el coche. Al momento de llegar hasta el auto nos percatamos que estábamos empapados por la fuerte nevada, pero fue tanta la adrenalina que realmente la aventura valió la pena. Del lugar al que llegamos, 40 minutos más arriba, se encuentra el refugio donde muchos escaladores llegan.

Al subirnos al coche para bajar, fuimos a conocer la Laguna de Limpiopungo así como un restaurante en el cual comimos unas deliciosas empanadas de carne y queso. Como buenos mexicanos, no podíamos dejar de preguntar si tenían algo de picante, a lo que la señorita nos entregó una salsa de ají; así es como le llaman al chile en Ecuador y otros lugares del mundo, como Colombia.

Eran las 15:30 cuando le preguntamos a un guardabosques si nos recomendaba quedarnos a dormir en Cotopaxi o tomar carretera y dirigirnos a nuestra siguiente parada y ganarle tiempo al viaje. Su respuesta fue: “Baños es espectacular, tomen carretera, aquí ya vieron todo lo que tenían que ver”.

Siguiente parada… Baños. Continuará…

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Clara Villarreal

Consultora de imagen personal, etiqueta empresarial y protocolo Institucional y organizacional.