¿CÓMO CONTRIBUIR A UNA SANA SALUD MENTAL EN TU HIJO?

¿CÓMO CONTRIBUIR A UNA SANA SALUD MENTAL EN TU HIJO?

“La salud mental, emocional y psicológica de tus hijos, es más importante que cualquier calificación”

El camino escolar y de aprendizaje, el desarrollo de las habilidades sociales y aprender a resolver problemas, así cómo el aprender a decidir qué hacer, a qué jugar, con quién jugar, a quién escuchar, por quién dejarse influenciar o a quién influenciar, son parte del pequeño gran mundo que enfrentan nuestros pequeños. Y es que enfrentan retos que pocas veces cómo padres desconocemos. Todas estas experiencias de vida desde su corta edad hasta la adolescencia, les sirven de apoyo en la construcción de ellos mismos. Y de la mano de eso que les toca vivir o experimentar, debemos estar los padres para reforzar valores, forjar virtudes, mostrar diversos puntos de vista y llenarles sus tanques emocionales y mentales de amor, seguridad, autoestima, valor y fuerza.

Y es que a veces cómo padres, estamos ocupados en resolver situaciones diversas de la vida diaria, que poco nos detenemos a examinar cómo está el tanque emocional de nuestros hijos, ¿Está lleno o está vacío? ¿Lo lleno de momentos, caricias, palabras, tiempo, motivación? ¿O poco me enfoco en los mensajes y palabras que le hago ver con mi lenguaje físico, corporal y oral?

Maria Montessori dijo una vez, “Hay que sembrar en los niños buenas ideas aunque no las entiendan, los años se encargarán de descifrarlas y de hacerlas florecer en su corazón.” Es importante que les hablemos a nuestros hijos como si fueran personas mágicas, seres hechos de amabilidad, dotados de humildad y sabiduría… pues a modo de escucharlo, lo creerán y actuarán de esa forma.

¿Quieres mejorar su salud mental y emocional? Realiza pequeños esfuerzos para conectarte, vincular y hacerle sentir presente. ¿De qué formas puedes fortalecer su estructura interna y contribuir a mejorar su salud emocional?

AMOR. Háblale sin miedo, dile te amo, escribe te quiero, diariamente.

EJERCICIO. Promueve la dinámica de juego en exterior y el deporte.

COMPORTAMIENTO. Estate alerta sobre cambios en su comportamiento.

APOYALO. Apóyalo, motívale, felicítale y recuérdale lo valioso que es.

SIÉNTETE ORGULLOSO. Recuérdale constantemente lo orgullosa que estás de quién es y de sus pequeños logros.

CONVERSA. Motívale a tu hijo a establecer una conversación.

EDÚCATE TU. Mantente alerte sobre los problemas que rodean su contexto, su generación, sus amistades, la sociedad, su comunidad.

PACIENCIA. Sé paciente y recuerda que cada niño tiene su tiempo. Recuerda exigirle a su edad, no cómo a un adulto.

TIEMPO DE DESCANSO. Enséñale a relajarse y a manejar el estrés construyendo cosas, cerrando los ojos, imaginando, haciendo rompecabezas…

AMBIENTE. Busca proveer un ambiente alegre y positivo, a través del canto, la música, la alegría, donde tu hijo se sienta parte.

APRENDE A ESCUCHAR. Date tiempo para escuchar lo que quiere decirte. Cuando te quiera hablar, deja de hacer lo que estás haciendo y mírale.

¿CÓMO SE SIENTE? Pregúntale constantemente cómo se siente y acércate. No des por hecho que se siente bien, no sabes lo que puede pasar dentro de él.

RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS. Motiva a tu hijo a resolver problemas pero muéstrate cercano a apoyarle si te necesita.

NO TE CIEGUES. Sé abierto al buscar ayuda y receptivo si algún síntoma te inquieta. Haz caso a tu instinto de madre o padre.

Hace un tiempo leí un artículo que hablaba sobre la tragedia silenciosa que viven nuestros niños de hoy. Y no sólo ellos, también nuestros adolescentes. Están envueltos en una era mediática dónde hay demasiada información y demasiada ansiedad. Cómo padres, reflexionemos sobre de qué manera podemos contribuir a su salud no sólo física, sino también emocional, psicológica y espiritual.

En nuestra vida, nos corresponde cómo padres, ser arquitectos educativos. Como diría Moliere, la mente tiene una gran influencia sobre el cuerpo, y las enfermedades a menudo tienen su origen allí. Y es que muchas de las enfermedades mentales que aquejan hoy en día nuestra comunidad, han tenido cómo causalidad palabras que se convierten en monstruos, monstruos que calan hondo y se vuelven reales, hasta que dentro de la propia mente llegan a destruir la autoestima.

LA AUTORA

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.