¿CERVEZA? UNA OSCURA, POR FAVOR (1)

Sigue el calor, tal vez, por siempre. Aunque ha llovido a cuenta gotas, el calor asfixia. Es literal. Tan literal como la muerte de 53 migrantes hacinados en una caja de un tráiler en Estados Unidos. La temperatura de esos días a la intemperie era de 40 y tantos grados. En la caja del armatoste alcanzó los 70 grados. Se asfixiaron. Una tragedia. Sigue el calor entonces en esta parte del mundo y al parecer, en todo el mundo. El calentamiento global ha dejado de ser una amenaza: es el aquí y ahora de la horca. Desgraciadamente, esperando nuestro cuello. 

¿Qué hacer mientras se pueda? Pues algo que recomienda la misma Biblia: “No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba…” (Eclesiastés 2:24). Así de claros y sencillo. Ahora bien, como lo vimos en la saga de textos pasados los cuales tuvieron buena lectura suya señor lector, ¿qué beber para mitigar nuestra sed ancestral? Someramente abordamos ese placer de dioses llamado Champagne y ya al final, nos decantamos como buenos norteños por la abnegada y modesta, pero siempre reconfortante cerveza. 

Usted me podrá decir: “No Cedillo, para la sed, no hay nada como beber agua.” Y yo con gusto lo respeto. Pero hay dos cosas, al menos en mi vida: no hay agua ya, por lo cual, beberla es desperdiciarla. Y dos, en lo personal, nunca he bebido agua. Prefiero dejársela a las animales: a los rumiantes, a las vacas, cerdos y cabras para que sobrevivan al infernal calor. 

Amén de lo anterior, usted recuerde que el agua hace daño. ¿Lo duda? Caramba, si hasta es un consejo bíblico el cual le enjaretó Pablo, el de Tarso, a su discípulo el cual padecía de colitis, gastritis y claro, de diarrea: Timoteo. En su célebre Epístola le dice: “Ya no bebas agua, sino usa un poco de vino por  causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.” (1ª De Timoteo, 5:23). No señor lector, no beba agua. Eso es de gente bárbara, los humanos civilizados bebemos… cerveza. 

Hay un libro perturbador y harto documentado: “La historia del mundo en seis tragos. De la cerveza de los faraones a la Coca Cola.” De Tom Standage. Y claro, uno de esos tragos que dieron forma y fondo a eso que hoy llamamos civilización, no es el agua, sino la cerveza. De hecho, un capítulo del libro se llama así: “Cerveza civilizada.”

Los sumerios de la Mesopotamia fueron los primeros en la historia de la humanidad en dejar por escrito que el consumo de la cerveza es un signo de civilización. Lo dejaron letra por letra en la primera gran obra literaria del mundo, “Poema del Gilgamesh” (2700 A. de C). En las aventuras que se corren Gilgamesh y su escudero y amigo Enkidu, queda de manifiesto que éste era un buen salvaje hasta que una muchacha lo lleva a una aldea de pastores y lo inicia en el proceso civilizatorio: “La joven le habló a Enkidu, y dijo:/ Toma la comida, Enkidu, así se vive./ Bebe la cerveza pues es la costumbre de la tierra…” 

¡Ah! Señores, qué maravilla de texto. Alta y garbosa poesía. Por lo pronto, voy a mi nevera por una cerveza oscura bien muerta. Vamos iniciando esta trilogía.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.