Casi la mitad de los jugadores de la NBA sufren algúm trastorno mental

Las depresiones y la ansiedad están destrozando a los mejores jugadores del mundo

Casi la mitad de los jugadores de la NBA sufren algún problema mental. Tan duro como suena. Uno de los primeros en abrir el melón fue Kevin Love, que escribió una carta en The Player’s Tribune explicando que llegó a sufrir un ataque de pánico en medio de un partido: “Acabé tirado en el suelo del vestuario boca arriba, tratando de tener suficiente aire para respirar. Lo siguiente fue la visión borrosa antes de que alguien de los Cavaliers me llevó a una clínica”, escribió.

Otros como Jahlil Okafor reconocen que sufren ansiedad por no explotar en la liga y todo un All Star como DeMar DeRozan lleva años luchando contra la depresión.

“No es algo de lo que me avergüence. Ahora, a mi edad, entiendo cuánta gente ha pasado por esto. La gente no entiende por qué estás deprimido si puedes comprar lo que quieras. Ojalá todo el mundo fuera rico para darse cuenta de que el dinero no lo es todo”, dijo hace unos meses en el Toronto Star.

Tampoco se corta al hablar de sus depresiones en las redes.

Sin embargo, ha sido John Lucas II el que ha puesto un número de afectados encima de la mesa. “Más del 40% de los jugadores de la NBA tiene problemas de este tipo, pero menos del 5% han buscado ayuda profesional. Y no estoy exagerando”, ha dicho ante los medios este ex jugador y actual sido asistente de los Houston Rockets. Lucas II estuvo enganchado a las drogas y al alcohol durante su etapa como jugador y ahora ha diseñado un programa de bienestar mental para deportistas.

“Es una epidemia en nuestra liga. Estoy hablando de todo, de trastorno de déficit de atención, bipolaridad, ansiedad, depresión…”.

El director del Departamento de Salud mental y bienestar de la NBPA -el sindicato de jugadores-, William D. Parham, apoya las cifra de Lucas II. Este doctor fue contratado por el sindicato hace unos meses, preocupado por el número de casos con problemas mentales.

Además, la asociación convenció a la NBA para que desarrollara una política integral de salud mental.

Lucas está convencido de que la mayoría de jugadores no piden ayuda por el estigma social y los problemas que pueden tener para encontrar equipo. El sindicato asegura que los tratamientos son confidenciales, aunque las franquicias presionan para ver los historiales de los jugadores.

“Eso no es negociable. Sin confidencialidad no me hubiera sentido lo suficientemente cómodo para anunciar que estaba buscando tratamiento”, denunció Kevin Love. “Tengo ansiedad, pero también provengo de una familia con antecedentes de depresión. Todo esto no debería ser un tabú, pero lo es”.

Hace apenas una semana fue Paul Pierce el que contó ante los medios la ansiedad que sufrió durante un par de temporadas en la NBA.

Esta leyenda de los Boston Celtics fue apuñalado en el año 2000. Salió indemne de milagro -a los 10 días ya estaba jugando-, pero aquello le dejó el miedo en el cuerpo. en el Buzz Club de Boston. “Me apuñalaron 11 veces. Me sentía atrapado, no podía ir a ninguna parte. Luché contra la depresión durante un año y lo único que me salvó fue el baloncesto”, cuenta.

Pierce se encontraba muy nervioso, no podía dormir. Los Celtics le aconsejaron que buscara ayuda, pero él quería pasar el mal trago solo. “Estaba realmente paranoico. Tuve a la policía frente a mi casa durante meses. No podía estar cerca de multitudes y si alguien se chocaba contra mí me asustaba”.

Al final se recuperó hablando del tema con su familia, pero se arrepiente de no haber aceptado la terapia que le ofreció su equipo.

Con informacion de: playgroundmag.net

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