El amor no es cosa del corazón

Eduardo Calixto doctor en Neurociencias y jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría Juan Ramón de la Fuente menciona lo que pasa con nuestro cerebro en cada una de las etapas del amor, desde el “enamoramiento” hasta que nos “rompen el corazón”, porque el amor no es cosa del corazón, es cosa del cerebro.

¿Qué pasa cuando besamos?

Mujer:

Es muy importante el olfato. Con el olfato ellas pueden oler una proteína que se llama complejo mayor de histocompatibilidad, que le da la diversificación de los genes que tiene el hombre. Cuando besa a alguien que tiene genes semejantes, esa persona no va a funcionar. Genes muy parecidos se rechazan.

Hombre

Los hombres liberan  dopamina e incrementan la producción de testosterona, su deseo sexual se activa con el beso.

La proporción de terminales nerviosas que tenemos en los labios es tan grande que podemos definir sabor, temperatura, olor y hasta color  (lo pueden hacer las personas sinestesicas, es decir, que pueden probar o asignarle sabores a los colores).

El beso es una acción que ha ido evolucionando desde nuestros ancestros. Los primeros mamíferos masticaban la comida y se la otorgaban a sus crías a través de los labios. También se libera la oxitocina, la hormona de apego. Mientras te guste una persona y no te bese, no hay peligro, el proceso está condenado a desaparecer. Pero cuando empiezas a besar a la persona y vienen los abrazos, el proceso continúa y viene el apego. Besar es un proceso de capacitación. Besar va a ir cambiando, modulándose con el transcurso del tiempo.

Con información de: Animal Politico

 

 

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