ADIÓS AL SIDA

ADIÓS AL SIDA

Cada día mueren en el mundo 8,000 personas a causa del SIDA y 15,000 contraen el virus. Esto equivale a casi tres atentados diarios como el de las Torres Gemelas de Nueva York (en aquel tristísimo acontecimiento murieron 2792 personas).

Además, a la muerte de los mismos enfermos, hay que sumar la tragedia de los familiares y, de modo muy particular, la tragedia de los hijos. El SIDA engendra huérfanos. A los niños de países pobres como Kenia y Zambia, después de perder a sus padres, sólo les queda vagar por las calles de las ciudades, con los peligros que ello conlleva.

Pero existe una excepción esperanzadora: Uganda. Este país, ubicado casi en el corazón de África, ha reducido en un 8% la propagación del virus y el índice sigue incrementándose. En el panorama internacional, se trata de una anomalía, pues los demás países observan un incremento constante entre el 10 y 20%.

¿Cómo se logró esto? Es fruto de una campaña, promovida por el mismo presidente de Uganda, Yoweri Museveni, que involucró a todos los sectores de la sociedad: políticos, grupos religiosos, líderes deportivos y de los medios de comunicación, etc. Por medio de carteles se invitaba a la población –en particular a las jóvenes– a tener un comportamiento que salvaguardara su propia dignidad. También se promovió la fidelidad matrimonial.

La iniciativa fue criticada por los especialistas de otros países, quienes aseguraban que no tendría éxito. Para ellos la única campaña viable era que el Estado destinara parte de sus ya escasos recursos a comprar ingentes cantidades de preservativos y los distribuyera a la población. Pero este tipo de campañas fomenta las relaciones sexuales y, por consiguiente, el riesgo de contagio.

La clave del éxito se debió a dos factores: considerar a las personas como seres libres, capaces de gobernar sus actos y a que se propuso una conducta alternativa, esto es, encauzar las propias pasiones. En otras palabras: no vivir esclavizado por los propios instintos. En 1994, seis de cada diez jóvenes tenían relaciones sexuales; actualmente, sólo 1 de cada 20 no logra dominar sus tendencias. Bien decía Séneca: «gobernarse a uno mismo es el mayor imperio».

Otro factor que influyó enormemente fue la colaboración e iniciativa de las personas. Cuando en un país todos están esperando a que otros vengan a solucionar los propios problemas –el gobierno, los países ricos, las multinacionales, la Iglesia– nunca se hace nada.

Lo sucedido en Uganda es sin duda una excelente noticia y una llamada de atención para nuestras sociedades. Por desgracia, no lo será para quienes fabrican y venden los anticonceptivos. Paciencia. Aquí nos interesan las personas, no los turbios intereses económicos.

EL AUTOR

Sacerdote Legionario de Cristo dedicado a la formación y orientación de la juventud saltillense, maestro en el Instituto Alpes-Cumbres en Saltillo

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Juan Antonio Ruiz

Sacerdote Legionario de Cristo dedicado a la formación y orientación de la juventud saltillense, maestro en el Instituto Alpes-Cumbres en Saltillo.