Geras, una vida de momentos bien vividos

Aprendamos a disfrutar del momento, aunque este no dure para siempre

La vida plena, verdaderamente humana, no se basa en unos pocos momentos excelsos sino en muchos, muchos pequeños. Sólo es necesario dejar que esos instantes se acumulen y adquieran su real importancia.” Harold Kushner

Como diría mi amiga Any Priego, el juego de la vida no lo gana quien vive más sino quien vive mejor, y es que es cierto que Dios nos ha dado la capacidad de encontrar grandeza en lo cotidiano. Sólo que tenemos que ser lo suficientemente sagaces como para saber reconocer el milagro, y no pasar corriendo a su lado sin darnos cuenta de él en nuestra búsqueda de algo supuestamente importante.

Recientemente terminé el libro de “Cuando nada te basta” del rabino Harold Kushner, y es que en el, nos plantea la sabiduría del verdadero sentido de la vida y la constante búsqueda de la trascendencia. De la mano de mi lectura y con la partida de Geras, esposo de mi querida Rosca, jefa y amiga, quisiera compartirles algunas reflexiones del legado que dejó. Y es que uno no aprecia lo que recibe, sino lo que comparte, y los que tuvimos la fortuna de conocer, y de no conocer a Geras nos quedamos con eso, con una vida dada y compartida.

No tuve la fortuna de conocerlo, pero sí de lo que dejó en Rosa Martha y en sus hijas. Un padre, hijo, esposo presente, de momentos, de actitudes. Un hombre que se dedicó a construir lazos, vínculos y disfrutarlos. Y con esto, nos viene enseñando parte de la verdadera sabiduría porque en la vida no importa lo que tienes, sino a quién tienes, no importa el afamado éxito efímero, sino las relaciones verdaderas construidas. Kushner decía que “La vida no consiste en escribir grandes libros, en amasar fortunas, ni reunir un enorme poder, sino en amar y ser amado.

Es disfrutar los alimentos y sentarse a tomar sol en vez de almorzar a las disparadas para correr e vuelta a la oficina. Es gozar con la belleza de los momentos efímeros, los atardeceres, las hojas que cambian de color, los raros instantes de una verdadera comunicación humana. Es paladearlos en lugar de dejarlos de lado porque estamos muy ocupados, y lamentarnos porque no duran hasta que tenemos tiempo como para experimentarlos. Las respuestas al sentido de nuestra existencia son el amor, la alegría de trabajar, los placeres simples de la comida y la ropa limpia, las pequeñas cosas que suelen perderse en la búsqueda de la gran solución, pero que emergen solo cuando dejamos de poner tanto afán.”

La vida deja de tener sentido si uno se preocupa únicamente por sí mismo. Sólo cuando decidimos entregarnos a los demás, nuestra vida comienza a adquirir valor. Consiste en una decisión y en hacer de ella una forma de vida, encontrarle sentido a quién tenemos, a la oportunidad de vivir, las alegrías, a los momentos que aunque parecen transitorios, lo son todo. Es imposible resolver para siempre el problema de vivir. Sólo podemos encararlo día tras día, en una lucha constante por llenar cada jornada con su cuota de sentido. La vida no se resuelve de una sola vez sino que es un desafío que hay que enfrentar a diario. Nuestra misión no es hallar una única respuesta sino encontrar el modo de lograr que cada día sea una experiencia humana. Aprendamos pues, a disfrutar del momento, aunque este no dure para siempre.

La clave de la felicidad es que podamos hallar placer en nuestro trabajo, saber que estamos utilizando nuestra capacidad – no derrochándola- y que se reconocen nuestros méritos. Cuando hayamos aprendido la forma de vivir, vivir es nuestra recompensa. Quien descubre los placeres sencillos de la existencia, la que es rica en amistades, la que disfruta de una comida y de la luz del sol, no necesita afanarse en la búsqueda de otra clase de éxito, vive con verdadero sentido, haciendo de lo ordinario algo extraordinario.

En el libro “Cuando nada te basta” de Kushner identificamos los tres elementos que dan verdadero sentido de vida:

-Entregarse a los demás

 -Aceptar el dolor como parte de la propia vida 

-Saber que uno ha importado

¡Aquí está la clave! Abrazar el presente y abrazar el momento, sea doloroso, sea difícil, sea glorioso. Geras, sin duda viviste estas tres, con un sentido profundo de vida, viviendo una vida con sentido. Geras, que lleguemos a vivir como tu, a no tenerle miedo a la muerte, porque hemos vivido, porque amamos y fuimos amados. Con la certeza de que construimos una vida rica, no con hechos grandiosos, sino con infinidad de actos pequeños. Comprendiendo que lo verdaderamente importante es a quién tenemos a un lado, ese vínculo con los seres que amamos y trascender en la esencia.

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.