Detrás de cientos de mujeres que desean superarse y dejar atrás los círculos de violencia, está esta activista que trabaja desde hace seis años en Mirasierra.
POR NIDIA MARTÍNEZ / FOTOS LUIS CASTREJÓN
Érika tuvo a su primer hijo a los 13 años, fue víctima de violencia familiar y no conocía algún centro de apoyo u organización donde la pudieran ayudar y orientar. Años después, surgió en su corazón la necesidad de apoyar a mujeres en situación de violencia.
Casada por segunda vez, su esposo le ayudó a formar equipos de futbol, ella buscó un lugar en su colonia, para tener al menos un espacio para impartir bailoterapia.
“En septiembre se cumplirán seis años de Centro Vida, inicié reuniendo mujeres en situación de violencia, fui viendo las necesidades de cada una y traje terapias psicológicas y talleres, inicié con 600 y ahorita son aproximadamente mil mujeres las que se atienden aquí”.
La tenacidad de Érika la llevó a trabajar cada día de la semana, logró ofrecer talleres de todo tipo, desde belleza o corte y confección, hasta repostería. Además de la atención psicológica logró que sus cursos obtuvieran validez de la SEP (Secretaría de Educación Pública) y que enseñen maestras del ICATEC (Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Coahuila de Zaragoza).
“Suena fácil pero es difícil atender a tantas mujeres, principalmente porque no tengo el lugar adecuado, trato de acomodarlas aquí, acomodar horarios y clases; desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, para que no se junten o amontonen”.
Muchas de las maestras de Centro Vida son mujeres que iniciaron a estudiar ahí mismo y ahora en agradecimiento apoyan a las demás mujeres. Algunas ya tienen su estética y han salido adelante con sus hijos, son madres solteras, mujeres que sufrieron violencia y lograron una mejor calidad de vida.
“Es muy gratificante para mí ver cómo se gradúan tantas personas en cada final del ciclo, desde primaria, secundaria, preparatoria abierta, cursos de belleza, corte y confección, repostería, equipos de futbol, terapias psicológicas, es muy bonito cuando obtienen su certificado y pueden iniciar en su casa a trabajar, aportar económicamente a sus hogares sin descuidar a sus hijos”.
De entre todas las actividades que se ofrecen en Centro Vida, una de las más recientes es la hechura de capas estilo superhéroe para niños con cáncer. Es un trabajo de niños para niños, en donde se imprimirán superpoderes.
Para Érika, sigue estudiar su carrera universitaria. Orgullosa contó que pudo finalizar la secundaria y preparatoria a la par de su trabajo en Centro Vida, y al igual que cientos de mujeres ha podido salir adelante y sus planes no terminan.
“La violencia dura hasta que la víctima decida tomar acciones para alejarse con apoyo o hasta que el agresor termine con la víctima, por eso animo a todas las mujeres para que den pasos determinantes para salir de este ciclo de violencia y yo me comprometo a apoyarlas para que salgan adelante con sus hijos”.
Sobre si las mujeres logran separarse del círculo de violencia, Érika explicó que la ayuda psicológica y la atención que se brinda puede ser en familia, para que esa familia logre mejorar su calidad de vida.
“Hay quienes ven mejor separarse, y se les da el apoyo para que tengan una fuente de ingresos, trabajo para salir adelante con sus hijos”.
Información: 8441757642
Atención a mujeres en situación vulnerable y a todas quienes deseen superarse.
“Nuestra comunidad debe valorar a las mujeres. Si quieren apoyar lo principal es darle a todas las mujeres la importancia que necesitan”, Érika Yadira Becerra Cisneros, fundadora de Centro Vida.
