El escritorio de Dios

Un amigo me regaló este pensamiento acerca de la grandeza de Dios

La buena noticia de la semana me la ha dado un amigo. ¡Y qué amigo! Además de decirme que estaba muy bien, que vive feliz y dichoso en medio de muchas dificultades -como todos- me regaló este pensamiento que otro amigo le hizo llegar:

Si Dios tuviera un escritorio, tu fotografía estaría en él. Si Dios tuviera cartera, tu foto estaría en ella. Él te envía flores cada primavera, y te manda un amanecer cada día. Siempre que quieras hablar, Él está ahí para escucharte. Él puede vivir en cualquier parte del Universo, pero Él ha escogido tu corazón.

Acéptalo, Él te ama más que nadie. Dios no te prometió días sin dolor, risa sin pena, ni días de sol sin lluvia, sin embargo, el te prometió fuerza para cada día, alivio para tus lágrimas, y luz en tu camino. ¡No dejes pasar ni un día mas sin decirle cuanto lo amas!

Al terminar de leerlo una, dos y hasta tres veces… ¡me he puesto a pensar, a soñar, a sentirme grande! Sabemos que el diámetro de la tierra, ese cinturón que la rodea, mide 12,740 kilómetros. El cinturón de la luna es de 3,480 kilómetros y el del “hermano sol” –como le decía el bueno de Francisco de Asís- mide 1 millón 400 mil kilómetros. La tierra está a 200,000 kilómetros de distancia de ese sol, que es una estrella mediana y de segunda generación en este gran universo.

Por si fuera poco, la distancia entre el sol y la tierra es de 150 millones de kilómetros. Esto quiere decir que si el campeón mundial, Rosberg, mantuviera en su Mercedes los 350 kilómetros por hora, tardaría en llegar 50 años y esto sin detenerse para nada, ni para comer ni para repostar. La luz viaja a 300,000 km. por segundo. Es decir, que ahora, si miro por una ventana o levanto mis ojos a una estrella, percibo la luz de hace 8 minutos, que es lo que tarda en viajar hasta nuestro planeta.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, se cree que contiene 300 billones de estrellas. Andrómeda, la otra galaxia más cercana –está muy cerca, a tan sólo 2 millones de años luz– mide 125.000 años luz. La nuestra solamente 100.000 años luz. Los astrónomos han calculado alrededor de 15.000 millones de galaxias. Y las distancia entre una y otra es como la de una isla a otra en medio del océano… Y hay más. En la constelación de Orión hay una estrella supergigante azul.

Se llama Rigel. Su cinturón, su diámetro, mide 20 millones de km y brilla con una luz propia equivalente a 40 mil soles como el nuestro. Pero hay otra mayor… Una estrella supergigante roja, llamada Betelgeuse: ¡ésta tiene un diámetro de 2 billones de kilómetros! Por eso, cuando pienso en mi amigo y en su “regalo”, no dejo de mirar al cielo y en agradecer a mi Amigo, con mayúscula, por todo su amor. ¡Qué pequeño y qué grande es el ser humano!

Juan Antonio Ruiz

Sacerdote Legionario de Cristo dedicado a la formación y orientación de la juventud saltillense, maestro en el Instituto Alpes-Cumbres en Saltillo.