Padres construyendo familias

 “El objetivo no es construir más, ni mejorar el cuadro de ganancias. El objetivo es construir una sociedad mejor, si no estamos perdiendo el tiempo.” Solano Benítez

Tommy Klein, es un holandés que observaba a diario rumbo al trabajo, una inmensa cantidad de basura a la orilla del río Schie. Un día decidió que se levantaría todos los días 30 minutos más temprano y comenzaría a limpiar la basura él mismo. Mucha gente comenzó a unirse en su misión y en 5 semanas terminaron de limpiarlo. Su proyecto ha inspirado a jóvenes de todo el mundo a tener la iniciativa voluntaria en general. Y no puedo dejar de pensar en la mamá de Tommy.

Esa mamá que estuvo detrás forjando un corazón que se esforzara por su entorno, sembrando esa perseverancia y lucha en su vida. ¿Cómo le hizo? Una mamá que le enseñó empatía y a mirar las necesidades del mundo. Y es que ante todo lo que sucedió en Monterrey, me duele que como padres sólo estemos juzgando a otros padres sabiendo lo difícil que es la travesía de educar. Que como adultos, juzguemos a un adolescente que puede haber estado mal medicado, lo cual es mucho muy probable, y no en plenas facultades mentales. Que cómo individuos estemos buscando siempre a quien culpar.

No podemos juzgar a nadie, bajo ninguna circunstancia. Lo que necesitamos en estos momentos es acompañar rezando y siendo empáticos ante el dolor que todos los involucrados están sintiendo. No nos corresponde latigar, sino enviar luz y mirar hacia adentro. Mirar lo que yo estoy construyendo y sembrando en mi familia. ¿Qué está en mi para construir una mejor sociedad? Comienza con la familia. ¿Cómo construir un hogar con bases sólidas? Reflexiona en la calidad de tiempo que pasas con ellos, los limites que tienes para su formación, y qué quieres dejar grabado en tus hijos. ¿Qué certezas quieres que tus hijos tengan? Constrúyelas: Que son muy amados. Que están aquí para un propósito.

Que aspiren, lo busquen, lo encuentren. Que vinieron aquí a vivir su única experiencia. Que la vivan al máximo pero con responsabilidad. De eso Dios les pedirá cuentas. Que busquen convertirse en personas de una sola pieza. Transparentes, fieles a si mismos, justos, empáticos y compasivos. Que vienen aquí a aportar algo bueno y a ser felices. Que al final de la vida lo importante no es lo que uno tiene sino a quién tiene. ¿Qué hay que fomentar nosotros cómo padres en la vida de familia? La unión. El vincularse, conectarse, buscarse, llamarse. Hoy en día todo se maneja en entendidos, no se hablan las cosas, se suponen y nadie se interesa por el otro. No al juicio. Entre hermanos se impulsarán, jamás se criticarán. No al favoritismo ni competencia entre ellos. Si hay enojos, si hay diferencias, pero todo se entiende cuando alguien tiene apertura para conocer y escuchar. La sangre es la sangre y somos familia, somos uno. Todo tiene solución. Los límites y el autodominio.

Enseñarles a controlar su carácter dentro de casa, es el pilar también de su empuje y futuras relaciones. El bien común. Cómo familia comprométete con una causa. El mirar las necesidades de afuera se aprende en el seno del hogar. La Madre Teresa de Calcuta decía ¿Quieres cambiar al mundo? Ve a tu casa y ama a tu familia. Abraza, mira, conecta, haz que tus hijos se conecten entre ellos. Contribuye a una sociedad dando empatía y enseñando a tus hijos a serlo. Deja de juzgar a la otra mamá, al compañero de tu hijo o al maestro de deportes.

Fomenta verdaderos valores y corta a rajatabla con envidias, actitudes superfluas y divisiones. Decide mirar esa debilidad y eso que corroe o divide a tu familia. Si nos dedicamos a sembrar certezas de valía personal en nuestros hijos y a forjar valores en nuestra familia, ten la certeza de que estás construyendo. 

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