¿14 DE FEBRERO? UN “DATE” CONMIGO MISMO

 

“Cuando empecé a quererme, me liberé de todo lo que no era bueno para mi salud: personas, cosas, situaciones y todo lo que me empujaba hacia abajo y me alejaba de mi mismo. Al principio lo llamaba egoísmo saludable. Hoy sé que es AMOR A UNO MISMO.”
Charles Chaplin

Comenzó el año y rápidamente nos llegó la fecha del Día del Amor y la Amistad, y comenzamos a idear cómo agradar o celebrar nuestras relaciones con los demás. Qué haremos con la pareja o amigos que tenemos, evadir la sensación de soledad si no tenemos pareja o nos encontramos lejos de nuestros seres queridos… pero muy pocas veces nos permitimos celebrar nuestra vida y el amor hacia nuestra propia persona.

Hace días escuché que nadie alcanza la felicidad si no es capaz de sentirse querido, pero para que esto ocurra, primero debemos empezar por querernos nosotros mismos.  A veces buscamos darnos en totalidad a otros, descuidando nuestras prioridades y necesidades y eso tampoco es sano, pues se convierte en un desequilibrio.

Para sentirnos completos debemos aprender a decir un “me quiero” antes de decir un “te quiero”, porque todo empieza con uno mismo.  Si no nos queremos primero, nos conocemos, nos valoramos y aceptamos… ¿Quién esperamos que lo haga por nosotros? No podrán amarnos en calidad nuestra pareja, nuestros hijos o amistades, tampoco podremos amar de forma real; No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.

Louise L. Hay en su libro “Ámate a ti mismo: cambiarás tu vida” habla desde su propia experiencia, de cómo ella aun habiendo vivido una infancia llena de abuso, pobreza, negatividad y carencia de autoestima… eligió convertirse en una mujer próspera y capaz de ayudar a otros. Y la realidad es que cada uno de nosotros crea su propia experiencia con las cosas que piensa y las palabras que dice. “Las creencias son ideas y pensamientos que aceptamos como verdades. Lo que pensamos de nosotros mismos y del mundo se hace verdad para nosotros. Aquello que decidimos creer puede expandir y enriquecer nuestro mundo. Cada día puede ser una experiencia emocionante, jubilosa y llena de esperanza, pero también puede dejarnos un saldo de tristeza, limitación y dolor. Dos personas que vivan en el mismo ambiente, en las mismas circunstancias, pueden percibir la vida de manera muy diferente. ¿Qué es lo que puede llevarnos de uno a otro de esos mundos? Yo estoy convencida de que son nuestras creencias. Cuando estamos dispuestos a cambiar la estructura primaria de nuestras creencias, entonces podemos experimentar un verdadero cambio en nuestra vida.”

Cualquiera que sea la creencia que tengas sobre ti mismo y sobre el mundo, recuerda que sólo son pensamientos, ideas, y que ellas pueden cambiarse. Nuestro subconsciente acepta todo aquello que decidimos creer. Dios y tu ser supremo jamás nos juzga ni nos critica, nos acepta por nuestro propio valor. Si tienes una creencia que te limita, esa creencia llegará a ser tu verdad. Si crees que eres demasiado bajo de estatura, demasiado gorda, demasiado alto, demasiado inteligente (o no lo suficiente), demasiado rico o demasiado pobre, distraido, disperso o que eres incapaz de relacionarte con la gente, entonces esas creencias llegarán a ser tu verdad.

Nos abrimos a la prosperidad y al amor cuando afirmamos creencias positivas sobre nosotros mismos, nos reconocemos como valiosos y merecedores de todo lo bueno. Las opciones respecto de lo que pensamos son ilimitadas, y el momento del poder es siempre el momento presente. ¿Qué crees de ti mismo? Decídete a cambiar la forma en la que te ves y te tratas.  Toma este momento para reconocerte por lo valioso que eres y permítete amarte a ti mismo en totalidad.

  1. ¿Qué quieres para tu vida en este momento
  2. ¿CÓMO TE TRATAS? ¿Cómo te ves? ¿Cómo está tu autoestima? ¿Te dices constantemente: tonto, que “mensa”, es que soy “torpe”… ¿Te recalcas lo negativo? ¿Qué te celebras? ¿Qué admiras y valoras de ti mismo? ¿En qué eres bueno? ¿Qué
    cualidades te falta potencializar?
  3. ¿Cómo nutres tu cuerpo o espíritu? ¿Qué te das a ti mismo? ¿Qué haces para “apapacharte”? Descanso, actividades que disfrutes hacer, alimentación…
  4. Identifica tu propósito interior: ¿Para qué vives? ¿Qué significado te has creado?
  5. ¿Qué quisieras dar, reflejar y aportar a los demás?
  6. ¿Qué concepto quisieras cambiar de ti mismo? ¿Qué creencias negativas sobre ti te duelen y quisieras modificarlas desde tu interior?  Háblate amorosamente.

Este 14 de febrero, día del amor y la amistad, regálate algo para ti mismo y repite constantemente este tratamiento de Louise Hay para comenzar a vibrar amor, merecimiento, gratitud. A medida que te ames y aceptes a ti mismo, encontrarás tu propia felicidad y te darás a otros de forma honesta y verdadera.

“TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO por Louise Hay”

Soy digno y merecedor de todo lo bueno. No sólo de algo, de un poquito, sino de todo lo bueno. Ahora estoy superando todos los pensamientos negativos que me limitan.
Me libero de las limitaciones impuestas por mis padres. Los amo, y puedo ir más allá de ellos. No respondo a sus opiniones negativas ni a sus creencias restrictivas. No estoy atado por ninguno de los miedos ni de los prejuicios de la sociedad en que vivo.
Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente gozo de una libertad total. Penetro ahora en un nuevo espacio de conciencia, donde estoy dispuesto a verme a mí mismo de una manera diferente.

 

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.