El vino de los papas

Tres paladares tan diversos han elegido este Rioja como base en sus comidas oficiales

 ¿ Un brindis? Para cerrar un buen trato comercial. ¿Un brindis? Para desear al interlocutor, felicidades y larga vida a su fraternidad y compañía. ¿Un brindis? Los amorosos chocan íntimamente sus copas y al hacerlo, buscan que su flama de amor y deseo jamás se apague (vana gloria, pues). Brindamos en la mesa para todo y para desear inigualables tipos de parabienes. Y esto de brindar y sentarse a la mesa para edificar reputaciones, sellar negocios o saldar viejas rencillas, hubo un tiempo y hace poco todavía, en el cual participaban caballeros.

Damas y caballeros de palabra de honor. Palabra eterna. Sí, eran los brindis cuando la mafia se sentaba a la mesa. Hay un libro perturbador al respecto, “La cocina de la mafia”, escrito precisamente por quien fue su cocinero, su chef por lustros y desde su llegada a América, el italiano Joe Cipolla (en traducción directo al cristiano, cebolla es su apellido. Nombres es destino). En este libro cuenta de las comidas y cenas que preparaba para los grandes capos y sus familias. Muchas de estas comidas usted lo sabe, terminaban en pactos y sociedades donde se repartían negocios, territorios y bala a discreción.

¿Con qué sellaban sus planes de verdadera familia, de mafia? Con un caldo nativo de la Toscana y en honor a la verdad y usted lo sabe, mi preferido, un Chianti. Eso era antes, cuando había honor, palabra y decoro en este tipo de cofradías. Ahora, en otra cofradía e incluso, mafia, como es la Iglesia católica, ¿qué beben los Papas, esos autollamados representantes de Dios en la tierra? Caray, como si Dios necesitara de representantes. En fin. ¿Qué beben y ofrecen a sus comensales cuando ofrecen sus suntuosas recepciones oficiales en el Vaticano? Hace algunas semanas, el Papa Francisco ha renovado el contrato con su único proveedor que reconoce como tal en materia de vinos, es un tinto de la Rioja de España el cual tiene su nombre como bautizo de fuego desde hace 17 años que surte al Vaticano: “Heras Cordón.”

Es una pequeña bodega familiar con su dueño al frente, José Luis Heras, enclavada esta en Fuenmayor (La Rioja, España). Según un espléndido texto del diario ibérico “El País”, cada año alrededor de 2000 botellas de este caldo (uva tempranillo, graciano y mazuelo) son enviadas al estado Vaticano para disfrute del mismísimo Papa. Y cosa curiosa, esto inició, repito, con el Papa Juan Pablo II (polaco), continuó con Benedicto XVI (alemán) y ahora, es el Papa Francisco (argentino) quien ha dado el visto bueno para continuar con dicho contrato. Tres paladares tan diversos que han elegido este caldo de la Rioja (denominación de origen) como base en sus comidas oficiales.

Y claro, lo anterior ha catapultado las ventas de este vino alrededor del mundo. Sus caldos son apreciados en Japón, Corea, China y Hong Kong como principales centros de venta. Para este año, “Heras Cordón” (el cual no he disfrutado) ha mandado al Vaticano y para deleite terrenal y brindis del paladar del Papa, la selección especial de la cosecha 2014.  ¿Sabe cuál es el verso que lleva tatuado la etiqueta del vino riojano? “Misericordias Domini in aeternum cantabo”, “Cantaré eternamente las misericordias del Señor”, Salmo 88.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.