Pocas veces tienes el tiempo y la dedicación para dejar la casa hecha una maravilla. Seguro no te imaginas lavando, limpiando y aspirando después de una larga jornada de trabajo; pero por supuesto, siempre esperas llegar a casa y sentirla cómoda, hospitalaria y limpia. La solución es fácil, todo está en los pequeños detalles que debes cuidar.
1. Al llegar a casa acomoda todo en su lugar, los zapatos, la bolsa, las compras.
2. Deja las superficies, como mesas o encimeras, libres de cualquier objeto.
3. Regresa todos los objetos a su lugar. Lo que ocupes, devuélvelo enseguida.
4. No acumules ropa sucia. Aunque esté oculta, siempre es estorboso tener ropa tirada.
5. Si ordenas tu casa antes de salir, lógicamente, la encontrarás limpia al regresar.
6. No dejes platos sucios.
7. Acostúmbrate a tirar la basura. No sólo se verá más limpio, también es reconfortable que tu horar no huela mal.