¿Cómo cambia el cuerpo al dejar de tomar refresco?

El refresco parece tan inofensivo que pasamos por alto los fuertes riesgos a la salud

A nivel mundial México es el país con más consumo en refrescos y bebidas azucaradas. Cifras de la Organización Mundial de la salud (OMS) arrojan que el mexicano en promedio bebe 163 litros de refresco, es decir 466 mililitros diarios de refresco, 1.3 latas de 355 mililitros al día y 459 latas al año. Impactante, ¿no?

La nutrióloga Carina Cueva del Centro AWARE (Centro de Medicina Sistémica) comenta en entrevista que si dejamos de tomar refresco nuestro cuerpo cambia de diferentes maneras; por ejemplo, ya no habrá inflamación, fatiga, ansiedad y nerviosismo, causados por el azúcar que contiene.

Después de un cierto tiempo de dejar de beberlo, se notará una baja de peso y se mejorará la composición corporal, ya que al consumirlo los huesos pierden calcio, debido al ácido fosfórico (ingrediente que contiene) que impide la absorción del calcio.

 

¿Los endulzantes causan algún trastorno?

“El refresco tiene endulzantes artificiales que hacen que nuestro sistema inmune no los reconozca, ya que afectan los mecanismos e incrementan el antojo de dichas sustancias, uno de los más usados es el aspartame.

 

¿Cuántas calorías tiene un refresco?

“En promedio 250 y estamos hablando del de 600 ml porque es el más vendido en México. Lo que equivale a 60 gramos, es decir 12 cucharadas cafeteras de azúcar”.

 

¿Esto pasa con cualquier tipo de refresco: regular o light?

“Sí, aunque los refrescos light contienen cafeína, siguen siendo dañinos para el cuerpo.

 

¿Qué pasa si los niños comienzan a tomar refresco?

“No hay refrescos recomendables para niños, debido a su sabor dulce ellos comienzan a acostumbrarse y dejan de consumir otros líquidos como el agua o la leche que son de suma importancia para su crecimiento y fortalecimiento de sus huesos; además pueden sufrir de sobrepeso a temprana edad”.

 

 

 

 

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